La Trampa del Destino
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Los hombres de la alta sociedad estaban inmersos en la búsqueda del perfecto esposo para su hijo, un desafío que les había mantenido ocupados durante ya doce meses. En la tranquila provincia de RUN, conocida por sus verdes praderas y sus tradiciones arraigadas, los sargentos Kim Wonshik y Cha Hakyeon se reunieron en su residencia familiar para discutir los planes futuros de su único hijo Kim.
Wonshik, con su cabello oscuro y su porte serio, se ajustaba los anteojos mientras miraba a su esposo con preocupación. "Hakyeon, ¿crees que encontraremos a alguien adecuado? Estamos corriendo contra el tiempo y la presión de las otras familias es abrumadora".
Hakyeon, un hombre de semblante más suave pero igualmente decidido, asintió con seriedad. "Lo sé, amor. Hemos invertido tanto en su educación y su bienestar, pero ahora necesitamos asegurarnos de que tenga un compañero que lo comprenda y lo respalde".
La niñera y el pequeño de apenas un año, que estaba en la biblioteca repasando su escritura sobre viejos pergaminos, se encontraba ajeno a las discusiones de sus padres. No era consciente de que su familia estaba inquieta por encontrarle una pareja adecuada, pero no compartía su entusiasmo por la idea. Prefería explorar el mundo exterior y aprender más sobre las diversas culturas que existían más allá de las fronteras de RUN.
Ambas familias sabían que el futuro de sus respectivos herederos dependía en gran medida de las decisiones que tomaran en los próximos meses.
El general, con paso decidido, se acercó a su esposo llevando consigo una carta que había llegado desde la lejana provincia de No More Dream.
"Lo hemos encontrado." Anunció el general con entusiasmo mientras extendía la carta hacia su mayor, quien estaba entretenido jugando con su joven hijo de un año. El sargento, al recibir la carta, la examinó con curiosidad.
"¿Qué es esto, querido? ¿Otra propuesta de matrimonio?"
Preguntó Hakyeon, con una mezcla de expectación y preocupación. Era común en la alta sociedad arreglar matrimonios desde temprana edad, pero Namjoon apenas tenía un año y ambos padres deseaban que su hijo pudiera disfrutar de su infancia antes de enfrentar las responsabilidades de la vida adulta.
Wonshik asintió, señalando los detalles en la carta. "Es una invitación formal para considerar a nuestro bebé como posible esposo para el hijo de los Park en No More Dream. Parece que están muy interesados en asegurar una alianza con nuestra familia".
Hakyeon frunció el ceño ligeramente. "Es demasiado pronto para esto, Wonshik. Nuestro hijo apenas tiene un año. Quiero que crezca rodeado de amor y sin la presión de compromisos tan tempranos".
Los dos hombres intercambiaron miradas preocupadas. Aunque entendían la importancia de las alianzas matrimoniales en su posición, también anhelaban lo mejor para su hijo, deseando proteger su inocencia y permitirle crecer a su propio ritmo.
Cha Hakyeon se dio cuenta de inmediato que la carta provenía de No More Dream, el pueblo conocido por sus estrictas tradiciones y el apego inquebrantable a las costumbres antiguas.
"¿No es el pueblo donde se aferran tanto a las tradiciones?" preguntó Hakyeon, recordando las historias que había escuchado sobre la rigidez de las costumbres en esa región. En No More Dream, las decisiones matrimoniales y los compromisos eran tratados con una seriedad casi sagrada, influenciados por creencias arraigadas que databan de siglos atrás.
El general asintió con solemnidad, sus ojos reflejando una mezcla de preocupación y expectación mientras sostenía la carta entre sus manos.
"Sí, amado," respondió, su tono grave resonando en la habitación. "La noticia de un joven varón de la nobleza está causando revuelo en todo el país. Es una bendición para muchos, aunque pueda traer consigo algunas preocupaciones para otros."
El pequeño Kim, con apenas un año de edad, ajeno al significado de las palabras de su padre, se acercó tambaleándose y levantó los brazos hacia él en busca de consuelo. El general lo tomó en sus brazos con ternura, abrazándolo mientras continuaba leyendo la carta con atención.
El general asintió con solemnidad mientras sostenía la carta entre sus manos, suspirando ante las implicaciones de la noticia.
"La carta dice que..." respondió con seriedad, sus ojos reflejando tanto esperanza como temor. "Es un varón, el primer heredero de una familia noble. Esto significa que, por unas monedas de oro, podríamos asegurar un buen esposo para nuestro hijo."
Hakyeon observó a su hijo pequeño abrazándolo con cariño, sintiendo un nudo en la garganta al pensar en el futuro incierto que les aguardaba a ambos generales. Aunque comprendía la necesidad de asegurar la estabilidad y el bienestar de su hijo, no podía evitar sentir una ligera incomodidad ante la idea de comprometerlo con tradiciones tan antiguas y estrictas.
El mayor arqueó una ceja, expresando su cautela ante la propuesta.
"Esperemos que sea digno," murmuró con un dejo de resignación, consciente de que las decisiones que tomaran ahora podrían influir profundamente en el destino de su pequeño hijo.
Reflexionó el sargento mientras observaba a su hijo, quien estaba absorto leyendo la carta que anunciaba la llegada del heredero Park Jimin. Sus pensamientos se perdieron en el futuro incierto que aguardaba a su pequeño, preguntándose si el destino ya había trazado un camino para él en este mundo regido por las tradiciones y las expectativas de la nobleza. La carta, enviada por los mismos duques Park, aclaraba que si aceptaban el intercambio, su hijo estaría inmerso en las tradiciones más arraigadas de No More Dream.
No quitaron los generales la idea de que Park Jimin sería solo una opción, pero aún así elegirían más posibles parejas y permitirían a su pequeño, al cumplir una edad adecuada, tomar una decisión.
"Y así debemos continuar buscando," concluyó el general con determinación, consciente de que esta era solo la primera pieza de un complejo rompecabezas que debían resolver. La búsqueda del esposo ideal para su hijo apenas comenzaba.
Lamentaban en lo más profundo de sus corazones la incertidumbre sobre cuánto tiempo más podrían estar junto a su pequeño. Cada decisión que tomaban era una balanza entre sus deberes hacia el reino y el deseo de asegurar un futuro estable y próspero para él.
"¿Cuánto más podremos estar aquí para verlo crecer?" se preguntaba el general Wonshik, su voz cargada de preocupación mientras observaba a su hijo jugando con los juguetes en el suelo del salón.
"Eso no lo sabemos," respondió su esposo con pesar el duque Hakyeon, apretando los puños con determinación. "Pero mientras estemos aquí, debemos asegurarnos de que esté preparado para asumir sus responsabilidades como futuro líder de nuestra familia y nuestro reino."
El duque asintió con solemnidad. "Es nuestro deber prepararlo para lo que está por venir, incluso si eso significa tomar decisiones difíciles y sacrificios personales."
Ambos compartían una mirada cargada de amor y preocupación, conscientes de que el tiempo era efímero y que su deber con el reino podría separarlos de su hijo antes de lo que deseaban.
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𝓔𝓵 𝓒𝓸𝓷𝓬𝓾𝓫𝓲𝓷𝓸 (ᴊɪᴍɪɴ x ʙᴛs) [Relanzamiento]
Fanfic-¡Cᴀʟʟᴀᴛᴇ ʏ ᴅᴇᴊᴀ ϙᴜᴇ ʟᴏ ʜᴀɢᴀ!- -¿ᴘᴏʀϙᴜᴇ́ ᴅᴇʙᴏ ʜᴀᴄᴇʀ ᴇsᴛᴏ?- -Eʀᴇs ᴇʟ ʜɪᴊᴏ ᴘʀɪᴍᴇʀᴏ ᴘᴏʀ ᴇsᴏ ᴅᴇʙᴇs sᴇʀ ᴄʀɪᴀᴅᴏ ᴘᴀʀᴀ sᴇʀ ᴇʟ ᴄᴏɴᴄᴜʙɪɴᴏ- Jimin, atrapado en relaciones abusivas, lucha por escapar de una maldición que lo persigue. En un ambiente oscuro y peli...