Segundo día de instituto.
Me levante mas temprano de lo usual. Me puse una chaqueta de Charlotte Rose y unos jean Old Navy con unos zapatos de Carmen Steffens, no los mismos de ayer, unos mas lindos todavía. Baje a desayunar y en la cocina me encontré con Daphne, la sirvienta. Era una muchacha joven, de unos 29 años, 31 tal vez. Era bonita, tenia lindas curvas y un cabello bastante sedoso a la vista. Pero yo la trataba bastante mal gracias a que siempre la veía riéndose y coqueteando con mi padre. Coqueteando era poco, tan desagradable. Por ejemplo la semana pasada...
FB.
-Señor, esa camisa es perfecta- le dijo ella. Me encontraba detrás de la puerta, escuchando.
-¿Lo crees, Daphne?.
-Si, me encanta.
Mire un poco por la rejilla de la puerta y vi como ella le acomodaba la corbata mientras que lo miraba a los ojos con una mirada de gata alzada.
El la agarro un poco de la cintura y ella dio una pequeña risilla.
-A mi me encanta como te queda ese delantal- usaba el delantal mas corto del mundo, parecía un puta. Ademas, era horrible, ¡era una pobre sirvienta!.
-Puede verlo todo lo que quiera, señor- Daphne se mordió el labio, coqueta.
Mi padre le paso la mano un poco por debajo del delantal y se escucho como tiro la tirita de una tanga hasta que chicoteo en la piel de la chica.
Mi padre la levanto de la cintura y la coloco con las piernas abiertas en la mesada, apretando su parte con la de el. Luego, comenzó a tocarle toda la parte de Daphne, haciendo que ella jadee para atrás, totalmente encantada.
-Si señor, así, siga siga. ¡Ah ah!. ¡Por dios!.
Se comenzaron a besar apasionadamente hasta que no pude ver mas y me aparte de allí. La odiaba tanto que estaba cegada de ese sentimiento.
Fin de FB.
Ella se encontraba de espaldas a mi mientras que yo me senté en la mesa de la cocina.
-¿Me hiciste el desayuno?- le pregunte de mala gana.
-Si señorita Georgina.
Me trajo unas tostadas con huevo.
-¿Eres idiota? Sabes que no como huevo, soy alérgica.
-No sabia, lo siento.
-Pues deberías saberlo, no sirves para nada.
Ella me miro apenada, y bajo la mirada.
-Tome el almuerzo, para el colegio- dijo mientras tomaba una bolsa. La mire asqueada, ¿como iba a ir a almorzar con una bolsa?
-Dios mío, no te preocupes. Comprare algo en la cafetería- comencé a caminar hasta la puerta pero me detuve-. Si para cuando vuelvo no estas con un delantal que te llegue hasta las rodillas, te despido.
Ella abrió sus ojos de par en par, y intercambio miradas con mi chofer, el cual se encogió de hombros. Sonreí ante eso y camine hacia afuera de la casa en su compañía.
-¿Y el coche?- le pregunte a este. El me miro algo nervioso, y señalo algo detrás de mi. Al girarme, quise que la tierra me tragara.
-Ni loca- dije en un susurro- ¡Ni loca! ¡Llama a mi padre en este instante!
Delante de mi, se encontraba un cachilo del año del pedo. Era un auto viejo y casi oxidado, era el desastre en persona y no podía evitar sentir ganas de llorar al verlo.
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Reina G (Pausa)
Teen FictionPara una chica popular como lo es Georgina Wolf lo peor que le puede pasar no es estar despeinada, o sin manicura y pedicura, o no haber ido de compras un fin de semana, no. Lo peor que le puede ocurrir a una estrella, como se hace llamar ella, es t...