La gente corría de un lado a otro y yo permanecía quieta en el medio del pasillo. Nadie se digno a mirarme y la cara de asco que tenia, todavía no se desvanecía.
Era el primer día de clases y en el pasillo de el instituto RichMont, el cual odiaba con todo mi ser desde este mismo momento, habían papeles y folletos tirados los cuales se me pegaban en mis costosos tacones de Carmen Steffens.
Suspire con pesadez y me vinieron ganas de llorar. Necesitaba volver a Dakansas High, no podía estar en un publico.
Mire al frente nuevamente y vi como la gente seguía sin notarme ahí parada, hasta que una chica me pecho y me pidió disculpas la cual respondí con una mirada asesina.
Comencé a mover mis pies por el extenso pasillo principal y apreté mi bolso contra mi barriga. ¡Las personas enserio no parecían notar mi lujosa presencia, ¿como puede ser?!. Vi a lo lejos que estaba el signo de baños y me apresure a llegar hacia allí.
Me adentre al sucio baño y me di cuenta que no estaba tan sucio como yo pensé que estaría. Me extrañe un poco por esto y me metí a uno de los baños privados, baje la tapa y tome asiento allí, sola. Si estuviera en mi antiguo instituto estaría hablando en el aparcamiento apoyada sobre mi Range Rover hablando entretenidamente con mi novio y mis amigos. ¿Como pudo eso cambiar a esto?. Osea, ¡estoy sentada en un maldito baño!.
Comencé a lloriquear de a poco y me refregué los ojos, manchando mis dedos con rímel y delineador, lo que ocasiono que llorara mas. Esto era tan injusto, ¿porque mi padre quería que sufriera de esta manera? Si tan solo mama siguiera viva... Ella no permitiría esto.
Sentí como un grupo de personas entraban al baño y rápidamente subí mis pies al inodoro, por miedo de que se preguntaran quien era la maricona que lloraba, vieran mis tacones y después supieras que era yo, ya que, no hay otra persona en este instituto que use tacones tan caros. Eso seguro. Me reconocerían al instante.
-¿Oyen eso?- pregunto una de ellas. Seguí llorando, sin que me importara y me soné la nariz con el papel higiénico-. ¿Hola?
No le respondí. ¿Que pensaba? Estaba llorando, era obvio que no iba a hacerlo.
-Querida, eres bella por mas que ese chico no te valore- dijo otra voz mas aguda. Sentí como las otras reían. Fruncí el ceño extrañada y rodé los ojos, dejando de llorar.
Baje mis tacones y abrí la puertilla del baño, toda mapachada (Mapachada significa cuando se te corre el rímel y el delineador y te quedan los ojos negros como un mapache) y mojada por las lagrimas. Ellas me miraron asombradas, nose si por mi cara, porque estaba bien vestida o porque soy mas atractiva de lo que pensaron.
-Metanse en sus cosas- dije seriamente mientras me dirigía al lavabo para lavarme la cara y maquillarme devuelta.
-Lo sentimos, no quisimos insultarte o entrometernos, para nada- dijo una castaña, bastante bonita y de ojos saltones. La mire por el espejo y levante una ceja como respuesta-. ¿Se puede saber que te pasa?.
Las mire con el ceño fruncido. Si esto fuera mi antigua escuela el rumor de que Georgina Wolf estaba llorando en el baño ya se hubiera esparcido y ni que hablar de ayudarla y preguntarle que le pasaba.
-No les incumbe- respondí fría mientras me comenzaba a maquillar nuevamente. Ellas se miraron entre si y la castaña suspiro.
-Vemos que claramente eres nueva aquí, no queremos que te sientas mal. Soy Julia, ella es Amber y ella Sara- dijo la castaña. La volví a ignorar y me mire satisfecha en el espejo al ver el resultado de mi maquillaje. Ya estaba como nueva.

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Reina G (Pausa)
Teen FictionPara una chica popular como lo es Georgina Wolf lo peor que le puede pasar no es estar despeinada, o sin manicura y pedicura, o no haber ido de compras un fin de semana, no. Lo peor que le puede ocurrir a una estrella, como se hace llamar ella, es t...