Una carta: para el pasado que nunca vuelve

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Para tí :

Es en este momento que necesito tu brisa

Para poder alejar la niebla de mi vista

Y asi tener un camino más seguro

A pesar de que su fin aún no está

Previsto en mi indeciso futuro.

 

Sé que a los ojos de cada quien,

La vida cambia a su dicho parecer,

La voluntad, la humildad y la autoestima.

Son tesoros que se desvanecen de a gota cada día,

Más y más los dones se apagan, opacan y reprimen,

Permitiendo que la oscuridad gane fuerza y se impregne,

En la bondad de la gente latente en nuestros corazones y recuerdos.

 

Aún recuerdo tu frescura y paz,

Que llenaban cada rincón de las cuatro paredes de mi vida,

Paredes lisas, sin brillo ni color, paredes sin ninguna emoción,

Monótonas como mi persona y frías como mi mirada cargada de amargura

Sepultando así en lo más profundo a mi alma que solo añoraba libertad

y comprensión.

 

 Sé que ha pasado mucho tiempo,

Desde que esta historia tomo un giro inesperado

Tanto tú como yo nos sorprendimos de nuestro cambio

Pero nada supera el golpe bajo y contundente que fue volver al antes

Para nunca volver al ahora o después.

 

Espero que donde sea que estés, puedas sentir que mi ser que te espera

Así como yo siento el tuyo, porque dentro de mí, de mi alma

Nace la voluntad de tener esperanza, de encontrarte

Porque te siento y recuerdo los momentos más felices de mi mundo  

De una vida que sin ti no encuentra rumbo.

 

Esta carta es el reflejo de mi fe que sigue viva

A pesar de lo que  me han repetido hasta el cansancio,

Nunca creeré en tu muerte porque siempre vivirás en mi corazón,

Con locura y pasión, con ternura y voz, con la verdad y la luz

Así siempre serás tú, porque yo sé que por ahí te encuentras.

 

Te ama...

                                                                                    Tu otoño sin primavera.

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