11❜ - Territorial.

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- Y sí, también se lo habían advertido, pero HeeSeung no podía creer que fuera real.

Después de dos días de recuperación en el hospital, muchos regalos y muchas visitas innecesarias (según el pelinegro), finalmente pudieron volver a su hogar. Él, su alfa y su lindo cachorrito.

Pero realmente jamás recordó que le habían dicho que Jay se pondría de esa manera. Tan, tan territorial.

El rubio no permitía que nadie se acercara a su pequeña familia, mucho menos alfas o betas. Pero ahí estaba HeeSeung, teniendo ganas de pizza, porque, si bien ya había terminado el embarazo, el darle de comer a Riki aumentó aún más su apetito.

— Seunggieeeee~.— El omega se encontraba en la habitación de su bebé, lo despertaría para darle de comer.— ¿Por qué no me respondes?

Jay entró al cuarto en el que estaban los dos amores de su vida; abrazó a su pareja por la espalda, posando sus manos en el vientre del pelinegro y dejándose embriagar por ese dulce aroma que tanto le encantaba.

—¿Eh?— se perdió en los pensamientos sobre su pizza.— Solo... solo vine por Ki, le daré de comer.— Sostuvo al dulce fruto de amor entre sus brazos con sumo cuidado y adoración. Mientras Jay miraba la tierna escena desde atrás.

—Es hermoso.— El alfa comenzó a repartir besos por el cuello de su omega.—... Porque se parece a mí.— HeeSeung se había descubierto el pecho para alimentar a su niño mientras lo miraba sonriendo.

—Eso quisieras, Park.— Jay sonrió pegándose más al cuerpo de su esposo, acariciando el vientre ahora descubierto de su chico.— Eres tan sucio, no sé cómo te atreves a decir que mi hijo se parece a ti.

Finalmente, Riki se quedó dormido, por lo que HeeSeung se inclinó un poco para recostarlo sobre su cuna, aún con Jay detrás de él, besando insistentemente su cuello y nuca, cerca de su marca.

—Bien, detente.— El pelinegro se dio la vuelta, quedando acorralado entre la cuna de su hijo y los fuertes brazos de su alfa.

—¿Por qué, Seunggie?— El más alto volvió a sumergirse en su cuello, ahora colando sus manos hasta el trasero del otro, apretando a su antojo.

—¡¿Por qué?!— Gritó susurrando.— Porque estamos frente a tu cachorro, cerdo.

Ah, a Jay realmente le encantaba cuando HeeSeung se alteraba. No tuvo más remedio que jadear y empujar la entrepierna de su esposo hacia la suya.

—¡JongSeong!— El omega suspiró, queriendo y no, alejar al alfa para pedir su pizza.— E-eh, ¿no quieres salir a comprar algo?

El alfa rápidamente negó, besando y mordisqueando el cuello de su amado con un poco más de necesidad.

—A-ah, pero yo realmente tengo que ir al baño, cuida a Riki por mí.— Rápidamente HeeSeung se libró del agarre del rubio, yendo directamente al baño de al lado de la habitación, dejando a Jav excitado y con un puchero en sus labios.

Después de haber pedido la ansiada pizza, HeeSeung buscó a Jay en la habitación de su bebé, y al no encontrar a ninguno de los dos, se dirigió a su propia habitación, encontrando que su alfa estaba tranquilamente dormido al lado del cachorro de ambos

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Después de haber pedido la ansiada pizza, HeeSeung buscó a Jay en la habitación de su bebé, y al no encontrar a ninguno de los dos, se dirigió a su propia habitación, encontrando que su alfa estaba tranquilamente dormido al lado del cachorro de ambos. Tan tierno. Eso le daría tiempo.

Limpió un poco y mientras organizaba algunas cosas en la alacena, el timbre de la puerta retumbó por toda la casa, era el repartidor de pizzas, temeroso de que el repentino sonido hubiera despertado a Jay se dirigió a la puerta y cuando abrió la misma el aroma a alfa instantáneamente se hizo presente frente a él.

—Buenas tardes. ¿Pidió usted una pizza familiar?— El joven alfa sonreía enormemente.

—Sí ¿cuán...— No pudo ni terminar la pregunta cuando el fuerte gruñido a su espalda lo hizo saltar en su lugar.

—¿Eh? ¿Pasa algo?— Fue justo en ese momento en el que el repartidor se dio cuenta de la variedad de aromas presentes en la casa. El del omega frente a él, el de un alfa y también a leche materna y talco, el olor de un hogar. Sonrió cuando recordó a su propia familia, pero esa sonrisa se vio borrada cuando visualizó al alfa rubio detrás del pelinegro.

Vete.

Y mentiría si dijera que la voz de mando de aquel hombre no lo hizo estremecerse ni un poco.

—¡Jay, no tenías que salir!— El pálido se dió la vuelta, intentando empujar a su esposo al interior del hogar, obviamente no lo logró pues el más alto continuaba gruñendo fuertemente.

—Oh, yo... y-yo solo venía a dejar la pizza.— Extendió la caja, temiendo haber ocasionado una pelea entre las dos personas que claramente eran pareja, pues mientras el omega luchaba con el otro, su suéter se deslizó un poco de su hombro y pudo notar la cicatrizada marca.

—S-sí, lo siento.— HeeSeung continuaba intentando detener a su alfa, y le estaba siendo más difícil cuando éste apresó su cintura con fuerza e intentaba marcarlo con su olor. El café de los ojos de su amado había desaparecido, dejando solo la oscuridad en ellos. Realmente parecía un perro rabioso.— E-eh, ten...

El omega apenas y pudo tomar el dinero para extendérselo al chico —que estaba bastante asustado—, tomó la caja y sin más, cerró la puerta.

HeeSeung se tomó su tiempo para intentar calmarse, él entendía que en realidad no era culpa de Jay pero no podía evitar sentirse molesto.

— HeeHee...— Pero, tal vez, esa molestia se esfumó cuando escuchó al amor de su vida llamarlo mientras frotaba su naricita en su marca.

𓏲  𝗟𝗲𝗲 𝗛𝗲𝗲𝗦𝗲𝘂𝗻𝗴 𝗲𝘀𝘁𝗮́ 𝗲𝗺𝗯𝗮𝗿𝗮𝘇𝗮𝗱𝗼 ! #𝗝𝗮𝘆𝗦𝗲𝘂𝗻𝗴﹆ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora