⿻ 𝗝𝗦. ◠ Fanfiction / Finalizada 𔘓
─ Quien puede parecer el más
apático de los omegas está esperando
un cachorro y se convierte en una
adorable masita al hablar del bebé que
crece en su vientre.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⩩ ꗃ 𝗔𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𓂅 ࣪🍩 𓄼
...
- Once meses, bastaron once meses para que el cachorro Park ya estuviera caminando y corriendo con toda confianza. HeeSeung suspiró nostálgico, a su pequeño Riki ya no le agradaba mucho el ser sostenido en brazos y eso le dolía un poco, aún así no podía evitar sentirse orgulloso de su bebé.
─ Riki-ssi, ven acá.— Jay ya había salido a trabajar. HeeSeung ahora estaba arreglándose para también ir a su empleo pero antes dejar a su adorable retoño en la guardería.
Rápidos pasitos se hicieron presentes en el cuarto y el omega sonrió cuando observó cómo la pequeña versión de su alfa se paraba a un lado de sus piernas, ambos frente al gran espejo que había en la habitación.
—¿Por qué esa carita, uh?— Riki se veía algo nervioso, como cuando tiró la laptop de Jay por accidente.— ¿Hiciste algo malo, amorcito?
El bebé solo miraba a su papi acomodar su corbata y posteriormente colocarse el saco. Alzó sus bracitos esperando ser cargado, cosa que inmediatamente pasó, el omega tenía una enorme sonrisa en su rostro, Riki por fin quería que lo cargara.
—Ay, mi pequeña bolita de pelos, ¿No eres adorable?— HeeSeung salió de la habitación que compartía con su alfa mientras mimaba al dulce cachorro; este solo se dejaba hacer, esperando que así su padre omega no se molestara al ver lo que había hecho.
—Entonces, papi tiene que ha...— Las palabras de HeeSeung se quedaron en el aire, Riki solo atinó a esconderse en la curvatura del cuello de su padre aspirando lentamente ese aroma que, además del de su papito Jay, tanto le encantaba.— ¿Por qué? ¿Por qué, hijo?
Y no era para menos, las cortinas estaban tiradas, el cesto de la basura también y la caja de galletas de la alacena estaba vacía, todo era un desastre.
Quizá, solo quizá, HeeSeung llegaría tarde a su trabajo, y Riki no alcanzaría a entrar a la guardería.
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SuNoo tenía sus bellos ojitos cafés cristalizados, aún no lo podía creer. Llegó al escritorio de GoEun intentando esbozar una sonrisa y esperó a que la linda muchacha notara su presencia, pero cuando pasaron dos minutos se decidió a hablar.
—¿Señorita Na?— La nombrada saltó sobre su silla y dejó de escribir lo que sea que estuviera escribiendo.
—Oh, lo siento, lo siento, señor SuNoo, ahora mismo le comunico a mi jefe que usted está aquí.— SuNoo asintió, la omega levantó el teléfono que estaba sobre su escritorio y alertó al pálido de la visita del castaño.- Listo, puede pasar. Buen día.
SuNoo hizo una breve reverencia y entró a la linda oficina. El aroma a leche materna lo hizo mirar a todos lados abrumado, topándose con su sobrinito dormido sobre uno de los sofás del lugar, eso solo lo hizo soltarse a llorar.
—¿Sun? ¿Por qué lloras?— HeeSeung rápidamente se levantó de su cómoda silla para ir hasta donde estaba su mejor amigo.— Si es por la presión de la fiesta, yo puedo organizarla solo, Riki no se enterará y, si se entera, ¿qué importa? Al fin y al cabo él no es tu hijo, ¿verdad? No te preocupes, eso sólo supondrá un trauma para él al saber que su tío no lo quiere.
─ N-no, no e-es... eso...— Ambos omegas se abrazaron, SuNoo llorando más fuerte.— Hee... yo...
—¿Tú...? Sabes que puedes decirme todo.— El pálido acariciaba dulcemente la espalda de SuNoo, queriendo brindarle todo su amor y apoyo.— Sabes que puedes decirme todo, estaré siempre para ti, somos familia. ¿Lo recuerdas?
El azabache rió bajito. Era cierto, él sabía que siempre iba a contar con HeeSeung y sus padres.
— Ki va a tener un primito.— Y volvió a llorar más fuerte.— Vas a ser tío, Hee.
No lo podía creer, de pronto HeeSeung también estaba llorando pero no de tristeza o algo parecido, era alegría, mucha alegría aunque aún no le quedaba del todo claro porqué su amigo portaba aquel aroma tan amargo.
—¿Es eso malo? ¡Es lo mejor que te va a pasar en la vida! Sun... ser papá es tan hermoso.
El azabache se mantenía con la cabeza gacha.
—Es de él, de JungWon.— HeeSeung frunció el ceño, limpiando las lágrimas del otro con sus pulgares.— Ni siquiera somos pareja o algo así, no estoy marcado, H-heeSeung, y-yo...
—¡Shh!— El más bajito llevó su dedo índice a los labios de su casi hermanito.— Yo sé que lo quieres, Sun, pero si él no se hará cargo no deberías ponerte así, deberías luchar por tu cachorro y por ti. ¿JungWon ya sabe?— SuNoo negó sintiéndose un cobarde, no sé atrevió a decirle.
—¡Hoy mismo le diremos! ¡Y yo estaré ahí para apoyarte y hacerte sentir bien! Y si él lo niega, estaré ahí para romperle la cara también, ¿sí?
El azabache sonrió tenuemente pero sintiéndose un poco más seguro ahora que una de las personas a las que él más quería lo apoyaba y ayudaría.
