PARTE UNICA

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Ambos salian desde su adolescencia, su historia de amor había comenzado como cualquier otra.

Una confesión de amor correspondida, salidas al cine, al parque, besos, fueron muchas veces por helado, besos, a la feria, besos y algo más. ¿Ya mencioné besos?

Ambos estudiaron juntos hasta finalizar la preparatoria, para finalmente cada quien estudiar la carrera universitaria que más les gustará.

Iruka estudió periodismo y telecomunicaciones.

Kakashi estudió finzas y administración de empresas.

Su vida era totalmente linda, con sonrisas y brillitos, al cumplir los veinticinco decidieron casarse, con un total apoyo de sus familias.
Tuvieron su luna de miel, compraron una casa juntos y vivieron ahí su vida de ensueño.

Un día pasó un terrible accidente, Kakashi salía del trabajo, iba en su auto cuando un trailer chocó con él.
Tuvo suerte de sobrevivir pero perdió movilidad total de sus piernas, al ser estás totalmente destruidas por aquel gran auto de carga.

Así llegamos a este momento.

La alarma sonó, siendo las siete de la mañana.
Un hombre joven y moreno se levantó de su cama, dispuesto a empezar el día alegremente, acarició el cabello de su esposo dulcemente, para luego salir de la habitación con rumbo a la cocina.

Ya ahí comenzó a hacer café, hotcakes y huevo, el olor de la mañana llegó hasta la habitación en la que estaba el peliplateado, quien despertó con una sonrisa luego sentarse en la cama, vió al lado de esta su silla de ruedas, logró ponerse ahí, aún no se acostumbraba del todo.

Llegó a la cocina girando las ruedas, para continuar y sentarse en la mesa.

—¿Cómo amaneciste amor? —Preguntó el moreno una vez llegó con los platos ya servidos en la mesa.

—Agradablemente... —Recordó cuando el podía hacerle el desayuno todos los días a su esposo, quien antes no sabía cocinar pero por él aprendió.

—Me alegra, hice los panqueques tal como te gustan. —Su sonrisa era ardiente y cálida, como siempre lo ha sido desde que estaban juntos.
No dijo nada más, comenzando a desayunar, al rato Iruka levantó los trastes para comenzar a lavarlos.

Lo miró pero su mirada pasó a sus piernas, no se sentía muy bien.

—Iruka... —El nombrado dejo un segundo de lavar, Kakashi nunca lo llamaba así a secas a menos que fuera algo serio o por algo que le inquietaba. —¿Porque sigues conmigo?

—Porque te amo.—-Dijo simple continuando con su sencilla y rápida labor. —Ya tuvimos está conversación.

—Lo sé... Pero aún así... No puedo evitar sentirme mal de que estés atado a mi... —Iruka sentia la firme mirada en su espalda, pero no se volteó.

—Estoy atado a ti desde mucho antes del accidente, pero no por eso debe ser malo cariño... Tu y yo nos casamos porque nos amamos, por ningún motivo voy a dejar de hacerlo. Además, ¿Porque estaría atado a ti en este momento?

—Porque no puedo caminar, seguro por eso... - —Fue interrumpido.

—Amor, tu te quedaste conmigo a pesar de sabías que conmigo jamás tendrías una familia ¿No? ¿Porque lo hiciste? —Tomó el valor de encararlo.

—Porque... Porque te amo...

—Yo estoy contigo porque te amo totalmente... —Acarició su mejilla una vez caminó y se paro frente a el. —No dudes de nosotros... Llevamos cuatro años casados y...

—Cinco años de novios...

—Si, así que mejor vamos a salir al centro comercial.

Se rieron, salieron de la casa, al principio era todo tranquilo, aunque notaron varias cosas raras, por ejemplo el calor que hacía ahí, estaba extrañamente más caliente que de costumbre o normalmente.

Al bajarse, cuando apenas iban a entrar escucharon gritos. Montones de gentes corría a su dirección.
Una orda se dirigió a ellos, tirando a Kakashi de su silla, a su vez que alejaban al moreno de él.

—¿Que está sucediendo? —Rapidamente Iruka preguntó asustado, tratando de llegar a Kakashi, el cual intentaba con fuerza de levantarse, pero siendo cruelmente pisoteado una y otra vez por la gente totalmente escandalizada.

Kakashi volteó a dónde venían todos, viendo el causante del terror. Suspiró, era tarde para el, no tenía oportunidad alguna.

—¡Kakashi! —La voz de su esposo sonó, cuándo volteó a verlo sintio un empujón nuevo que lo dejo nuevamente con el rostro en el suelo.
Sabía que corría en su dirección.

Negó, al sentir como el suelo comenzaba a temblar.

—¡VETE! ¡HUYE! ¡MALDITA SEA IRUKA POR UNA VEZ EN TU VIDA NO ME CONTRADIGAS! —Gritó, pronto sintiendo los brazos de su esposo rodearlo.

—¡Jamás! Existo para contradecirte hasta el final. —Lo miró.

—Eres tonto... Puedes vivir... —Lloró. —Dejame aquí, no puedo caminar, ahora tampoco puedo moverme...

El piso comenzó a caer bastante cerca de ellos, generando grietas.

—Soy un tonto, pero... Tu eres mi mundo... Me importa un bledo que sea el fin del mundo... Sin ti nada tiene sentido... —Kakashi negó varias veces.

—Te amo... —Jaló de la cabeza a Iruka para besarlo, distrayendolo del momento, justo ahí la ola de calor llegó a ellos.
Haciéndolos cenizas.

Al final, las llamas los consumieron, pero sabían que existirían en el recuerdo de la tierra, o del aire.

Ambos fueron felices en su último momento.

Sin ningún arrepentimiento fue El fin del mundo.

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꧁𝚃𝚑𝚎 𝙴𝚗𝚍 𝙾𝚏 𝚃𝚑𝚎 𝚆𝚘𝚛𝚕𝚍꧂ᵏᵃᵏᵃⁱʳᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora