❀ CAPÍTULO 5 ❀

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-Dense prisa. – Murmura Jorge, desde arriba del buque.

-Ahí vamos. – Dice perezosamente Adam, detrás de mí.

Ayer cuando encontramos a Jorge, descubrimos mapas y pistas que nos llevaron a una localización y precisamente vamos para allá, estará a un día de aquí.

“Tendremos que asegurarnos de no morir. – Se burla mi conciencia”

En fin, todo depende de mí, tengo que encontrara mi padre, tengo en mente darle una gran bofetada y luego abrazarlo, depende de cómo lo encuentre.

-¿Qué tal me veo? – Habla Adam detrás de mí, junto a Estefanía. Ambos sonríen, creo que Estefanía logró hacerse amiga de Adam.

-¿Ese eres tú? – Bromeo con una sonrisa en el rostro, cuando finalmente están a unos pocos pasos. - ¿Debería llamarte “arqueólogo Smith”?

Adam es un chico atlético con bastante masa muscular en todo su cuerpo, viste una camisa gris que deja a la vista sus brazos musculosos, un pantalón negro con diversos bolsillos, amplios y cómodos, junto a una correa que evitará que se caigan en cualquier circunstancia y unos tenis negros. Nunca me he detenido a ver qué tan atractivo es Adam, su cabello se dispersa en diferentes mechones rebeldes, sus ojos tienen un azul grisáceo y tienen mirada gatuna, acompañados de pestañas largas y un poco risadas (las envidio), su mandíbula es marcada y varonil, su cuello es grueso y sus labios carnosos, su nariz es perfilada.

“Todo un supermodelo. - Murmura mi conciencia entre risas”.

-Te ves muy bien, creo que esa funda en el cinturón y esa arma se mezclan completamente con tu estilo. – Halaga Estefanía, a lo que Adam sonríe como un completo arrogante y Estefanía se sonroja, bajando la mirada.

-Dios, por otro lado, tú te ves radiante, Steffi. - Sonrío con dirección a Estefanía, quien sube la mirada y empieza a jugar con sus manos nerviosamente.

-Sí que lo está. – Murmura Adam.

Steffi es preciosa, su vestimenta es casual, lleva unos shorts de tela bastante cómoda, una camisa al cuerpo del mismo color que la de Adam, trae unos tenis negros y su cabello está sujeto por una bandita formando una coleta alta.

-¿Qué hay de ti? – Pregunta curioso, mirando mi ropa. - ¿Irás a cambiarte?

-Sí, estaba esperando por ustedes, ya vuelvo. – Me abro paso entre ellos y me dirijo a mi habitación con mis pertenencias.

Elijo unos pantalones cargo de color negro, son bastante cómodos y tienen la movilidad que necesito (no tenemos ni idea a lo que tenemos que enfrentarnos. Es mejor estar preparados en cualquier circunstancia), una camiseta del mismo color del pantalón (un tanto holgada) y unas botas similares a las de Steffi. Me cambio de ropa con rapidez, tomo el peine encima de la cama y lo paso por mi cabello ligeramente, hago un moño alto del cual se desprenden diversos mechones de cabello rebeldes y los veo con odio. Escucho que alguien llama a la puerta.

-¿Puedo hablar contigo? – Pregunta Steffi, al otro lado de la puerta.

-Claro, pasa. – Respondo reconociendo la voz de inmediato y ella se asoma con una gran sonrisa en el rostro.

-Quiero… saber cómo lo haces. – Yo la veo confundida y ella continúa. – Quiero decir, Adam te ve muy diferente; como si tú fueses su mundo, no lo entiendo. – Hace una pausa y toma una gran cantidad de aire. – Bueno… sí lo entiendo, eres hermosa y posiblemente se conocen desde hace mucho tiempo. Te protege demasiado, se preocupa mucho por ti, es atento y tierno. – Suspira y continúa. – ¿Sabes? Querría que alguien se interesara tanto por mí, como él lo hace por ti.

Mentira tras mentira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora