KAKUCHO🦋 X

3. dolor | Kakucho x Mikey

Bonten-AU

Kakucho x Mikey

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—Hi.

Alzó la mirada de su pistola, su ojo escarlata miró a la persona frente a él. 

—Pensé irías con Sanzu, a exterminar a los topos. 

El chico le miró impasible mientras masticaba un dorayaki.  Pero Kakucho sabía que dentro de aquel caparazón que forzaba una apariencia fría e desinteresada, se encontraba un muchacho luchando por no perder la poca cordura que le quedaba.

Porqué si Mikey se hubiera entregado al cien por ciento como decía a sus impulsos oscuros ¿por qué lo mandaba a él de vez en cuando a constatar por las sombras que sus antiguos amigos realmente estaban bien? 

Kakucho ya se sabía de memoria en que andaban aquellos viejos integrantes de Toman. 

Los gemelos Kawata trabajaban en su propio restaurante de ramen.

Takashi Mitsuya trabajaba duro en su estudio para confeccionar ropa.

Draken cumpliendo su sueño de tener un local de motos. 

Hakkai Shiba siendo un exitoso modelo. 

Chifuyu Matsuno, junto a Kazutora Hanemiya, encargándose de una tienda de animales. 

Pah y Peh llevando con éxito el negocio familiar de los Hayashida. 

Takemichi Hanagaki felizmente casado con Hinata Tachibana. 

Y mientras los observaba a lo lejos, Kakucho se preguntaba si Manjirō Sano era un nombre que pasará por sus mentes. No por las noticias cada vez que Bonten hacía algo ilícito, sino porque aun consideraran al antiguo líder de Toman como un amigo. 

—Lo mande con Mochi —responde desinteresado del tema su líder.

Mikey termina su dorayaki y camina hasta situarse a un lado del morocho en aquel diván.

Kakucho regresa la mirada a la pistola que anterior a la interrupción se encontraba limpiando.

Mikey coloca la cabeza sobre el respaldo del mueble y mira hacia el techo. Sus ojos oscuros y vacíos, marcados por pronunciadas ojeras. 

—¿Qué sucede Kaku?

—Nada.

—¿Seguro?

—Si.

Mikey sin mostrar que no estaba convencido se inclinó hacia el morocho, hasta colocar su mano sobre la suya; ahí donde sostenía la pistola. 

—Dentro de cinco minutos será 22 de febrero.

Kakucho sintió algo amargó bajar por su garganta. 

—Si...   

—Eres mio Kaku, recuerda eso. Tu dolor me pertenece. 

Hitto suspiró, tras sus palabras. 

—¿Más dolor? No creo lo necesites, Mikey.  

Mikey miró aquella dos manos.

Una aun conservando parte de su vitalidad. 

La otra mostrando signos evidente de escualidez. 

—Más bien creo deberías compartir tu dolor conmigo.

Mikey ladeo un intento de sonrisa.

—¿Eso crees?

Kakucho se encogió de hombros antes de mirarlo de reojo. Como supuso, tenía la mirada de Mikey sobre él. 

Externos hubieran visto solo desinterés, pero Hittō sabía que detrás de aquella mirada de porcelana, él intentaba ver dentro de él y quitarle aquel peso. Con tal solo mencionar 22 de Febrero, sabía que Mikey ya dilucidaba lo que le sucedía. 

Mikey siempre lo buscaba ese día. 

O Kakucho a él. 

Ambos habían perdido parte de su corazón ese día, hace doce años.

Mikey alejó su mano y se levantó. Y miró hacia la ventana, con las manos dentro de los bolsillos de su mono deportivo.

—Iré a dejarle flores ¿Crees que a Emma le gusten los girasoles esta vez?

Kakucho dejó la pistola en la mesa. 

Se levantó y coloco detrás de Mikey, antes de ultimo segundo para la media noche. 

—Si. A ella le gustarán. 

—¿Llevarás para Izana?

—Lilas, a Izana le gustaban las lilas. 

(...)

Y mientras Mikey se inclinaba en la tumba para dejar las flores, Kakucho miró su espalda.

Recordó aquel día, cuando Mikey le preguntó si quería unirse a él. Fue ese día que Kaku se encontró conociendo el sentimiento de que le dieran a elegir por primera vez.

(A pesar de que al principio se rehusaba así mismo a verlo así)

Y aunque Kakucho siempre había dicho que en su vida solo tendría un rey. Y quizás aun seguía siendo así. Con el pasar de los días, semanas, y años, aprendió a mirar más allá y ver más para él. 

Se encontró queriendo seguir por voluntad propia a Mikey desde el día uno.  

Quizás no como su rey, pero si como un líder.

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Mmmm creo le faltó algo, mi ser me lo dice, pero en general quedó como quería!