Alicia... Capítulo 1

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Todas las miradas estaban puestas en el escenario, los corazones latían a miles de kilómetros por horas, atentos a las vueltas, a los giros, a los pasos que iba dejando en aquella majestuosa escenografía. No se movía ni una mosca, solo se sentía la música que se acompasaba con cada movimiento de ella, había cautivado al público con el primer levantar de su pie, que le quedó espectacular, puso su punta tan estirada, tan firme, tan elegante a la vez que el público tuvo que levantarse al unísono para retumbar el teatro en aplausos. Eso la llenó de vida, le dio valor para hacer suya la presentación del Lago de los cisne, en cada giro le dio vida a aquel personaje de ficción, haciendo creer que en algún momento emprendería el vuelo.
Llegó el corte anunciado con antelación, las personas apenas se movieron, pues sabía que llegaría el momento cumbre de la obra. El cisne negro, millones de vueltas una atrás de la otra por todo el escenario, un remolino de giros. Era la cumbre de esa obra.
Cuando se sintió el timbre todos suspiraron a la vez.
Salió, glamorosa, con el sufrir en el rostro y la desesperación fotografiada. Girar, suspirar, observar, atentos. Estirar, manos y pies, aletear, casi va a volar.
Música, comenzar.
Giros, giros, giros, giros, giros
La respiración acompañaba cada giro tan bien detallado de aquella debutante.
Los ojos abiertos, atentos a aquello, el corazón detenido.
El cisne negro había volado!
Todos retumbaron en aplausos.
La emoción era tal, que apenas se podían mover, el teatro se había cambiado de lugar, eclipsaron el ambiente con tantos aplausos. Todos los que estaban presente sufrirían de una amnesia de por vida, a cualquier otra presentación antes de aquella. Había cambiado de nombre para siempre el ballets. Había sido impregnado por el de ella.
Continúo, el teatro en pleno estaba pendiente de la obra. Preciosa, sencillamente preciosa.
El final llegó con tantos aplausos o más de lo que llevaban 2 horas dándoles. Definitivamente a partir de ahora cuando se hablara del cisne, se hablaría de ella. Solamente de ella.
Aplausos
Emoción
Aplausos
Saludo
Aplausos
Flores, estaban hermosas
Aplausos
Se movía
El teatro se movía, porque las personas se movían y no esperaban que bajara el telón.
Se movían
Aunque no fue el teatro, no fueron las personas, fue ella.
Turbio, negro, de pronto no ver,
Qué sucede?
Remolinos que se juntaron en varios colores para tropezar de pronto con el suelo.
Frío, estaba muy frío o era yo?
Quién me hablaba?
Quién me sostenía?
Negro, un negro tan oscuro y tan profundo que no podía salir de él.
5 meses antes.
-Ya tienen los papeles firmados, vamos que van a decir las obras que nos tocan a cada uno para el baile de graduación. Estoy que muero de tanto nervio, por Dios, Alicia hoy es el día, hoy emprenderemos por fin el futuro por el que tanto hemos luchado. El cisne ni lo espero, ese tiene nombre y apellido, si alguien te lo quita pues hay que arrancarle los ojos.
Las dos rieron como locas. Llevaban 5 años estudiando en aquella escuela, dejando el pellejo en esas tandas de ensayos y más ensayos.
Salió mal, repite.
La punta que está muy floja, repite.
Alza el pie, llévalo que toque el cielo, repite.
Repite
Repite
Repite.
Había sido desgastante a veces, pero era su vida, su alma, era más vital que respirar.
El ballet para ellas no era algo que solamente estaban estudiando, era sus venas y la sangre que le sostenía el cuerpo, era el latido de sus corazones.
Por eso habían dado el cien por ciento y un poquito más. Habían tenido varias madrugadas de donar el sueño, varias cosas que habían dejado atrás por el ballet. Pero no sé arrepentían de nada.
Hoy era el día y las dos estaban súper, megas, extra contentas. 
El salón estaba lleno, todos atentos a qué anunciaran lo que le tocaba a cada uno.
Pasaron obras tras obras, alumnos, algunos contentos con lo que le había tocado, otros irían a reclamar.
Alicia García
Presente.
Me levanté en automático, recogí mi boleta y la abrí al momento.
Los saltos de felicidad fueron gigantes,
Si!
-Lo sabía boba, nadie te quitaría el traje del cisne.
Estaba feliz, desbordante de emoción, la sangre me bullía adentro. Era lo mejor en mi vida. Era un fanática declarada de esa obra. Había visto la presentación por cada bailarina en este mundo. Quería ser otra Alicia más en la historia. Si hasta mi madre me había dado su mismo nombre. Viva mi madre! Qué la vida la alumbró de esa manera.
De ahí salí directica a la sala de ensayo. Ya los profesores estaban allí. Todos me felicitaron, pero
-No será fácil, te la pondremos a la altura de tu nivel. Estrellato, no menos, no por debajo, tienes que dejar al público con amnesia de cualquier presentación anterior a la tuya, tú, tienes que ser tú, cuando se hable del cisne hablarán de ti.
Madre mía el corazón se me quería salir, el pecho subía y bajaba en una guerra por la supervivencia.
Exactamente era eso lo que quería.
El tiempo fue eterno. Días de empezar, mal! Tienes que estar atenta! Repite
Días de aplausos, pero aún falta, te falta algo, tienes que encontrarlo.
Días que se unieron con las noches, tenía los pies destrozados, había bajado dos kilos, el pelo era un gallinero y los ojos me lloraban pidiéndole al cuerpo que no se detuviera, que diera todo de él.
Y así fue!
Llegó la semana del estreno, empezamos a ensayar en el teatro, era totalmente diferente.
Se sentía como si ya estuviera en medio de la presentación.
-Esta tarde terminamos.
-Pero, por qué?
-Te hace falta descansar, ve date unos masajes, ponte bella, date un antojito, lo que quieras y mañana nos vemos a la hora fijada.
-De acuerdo nos vemos, no te niego que me hace falta.
Llamé enseguida a mi amiga.
-Me dieron descanso, dicen que me dedique unos antojitos, qué tu crees?
-Que te lo mereces, ya sabes que yo termine así que soy toda tuya.
-Estoy con los nervios a full, me tiembla todo.
-Recógeme en la cafetería de siempre. Nos vamos de shopping para que tengas tu vestido listo para la recepción.
Pasamos la tarde entre zapatos, vestidos, carteras y risas, café que acompañamos con historias de tantos años de conocernos. De cuando éramos niña y todo era un juego, de nuestras madres, de mi madre.
-Si estuviera aquí.
-Lo sé, estaría feliz, súper feliz, se lo contaría a todos, pobre presidente hasta él tuviera que escucharla.
-Te acuerdas cuando las zapatillas me hicieron las primeras llagas.
-Lo dejas! Fíjate! No tienes forma de que me puedas convencer.
Reímos las dos por aquella imitación de mi madre. Había sido así mismo. Lo que había logrado forma de convencerla, porque se dio cuenta que aquello era mi vida.
Dormí como un ángel aquella noche. Recé, más por costumbre que otra cosa, pero recé y me perdí en el sueño.
Momento actual
Sirenas
Miedo.
-A Alicia no le puede pasar nada, acaba de graduarse y tiene que firmar un contrato, por favor tienen que sacarla de esto, tienen que hacer todo lo que esté a su alcance.
Las lágrimas de Suset corrían desesperadas mientras no soltaba la mano de Alicia. Se veía tan diferente a ella, tan cetrina, con tan poca vida.
Aquello no podía pasar, había sido todo un éxito y su amiga estaba tirada en aquella camilla, sin color, casi sin vida, con el pecho al descubierto porque la habían conectado a un aparato que no dejaba de pitar. No era justo, era tan cruel. Tenía que estar en aquel buffet maravilloso, celebrando su éxito y no en aquella camilla mugrosa que se estaba robando la noche que había conquistado.
Las lágrimas corrían por el rostro de Suset sin poderlas detener, eran una cascada de amargura y desconcierto.
No era justo, para nada.
-Resiste Alicia. Resiste que te esperan muchas cosas, fuiste deslumbrante, fuiste maravillosa, fuiste, eres y serás el cisne a partir de ahora.

AliBR
23/abr/2020

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