A Jennie le gusta el dulce sabor a caramelo de durazno, en cambio a Lalisa le encanta el sabor de los tiernos labios de Jen.
-----------------------------
Esta historia no me pertenece, yo solo la estoy adaptando.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Manobal había decidido meterse a una clase de artes visuales. Tenía curiosidad, sabía muy bien pintar y dibujar cualquier cosa. Le intrigo una que estaba en un instituto cercas de su universidad.
Su primer día, tan solo llego y una vibración paso por su cuerpo haciendo que temblara. Era un lugar nuevo para ella, tanta gente a su alrededor le dejaba la piel de puntas.
Tomo un lugar hasta atrás donde no se podía al menos ver, a pesar de solo ser 6 personas en la pequeña habitación.
Se escuchó unos dulces pasos a la entrada de la puerta, el lugar se llenó de un olor conocido para la menor. Un olor peculiar, muy dulce para serlo.
Entro una chica con bastantes cosas al salón. Esa misma chica tenía su cabello en todo su rostro, no podía reconocerse o darse una idea de quien podría ser la chica. Hasta que paso su muñeca por su mediano cabellos castaño.
El rostro de la chica se pudo dejar ver. No andaba de buenas en ese mismo momento, su expresión lo decía todo. Un día detestable se hacía por su cabeza la menor.
– Buenas tardes. Dejen y me presento, me llamo Kim Jennie. Díganme Jen o Jennie, no hay ningún problema. – Suspiro. – Yo les enseñaré mis enseñanzas como graduada de Kyung Hee.
La chica saco varias cosas de su mochila.
– Pueden sacar su libro de dibujo, comenzaremos con algo simple. – Agrego sentándose en su escritorio.
Levante mi brazo para preguntarle algo a la chica.
