Todos se encontraban en silencio pues no sabían que decir y en el caso de las chicas, como refutar algo de lo que yo había dicho, por suerte no fue necesario pues había sonado la campana para salir al patio a comer.
Naruto y yo fuimos los primeros en salir, fuimos a la parte trasera de la academia adentrándonos un poco en el pequeño bosquecillo que había, nos sentamos bajo la sobra de un árbol.
Ninguno de los dos decía nada, yo porque no sabía que decir y supongo que él tratando de terminar de procesar todo lo que dije antes, no lo culpo pues obviamente no se esperaba que él precisamente fuera una persona tan importante como un príncipe pero lo es.
Solté un suspiro al ver que iba para largo el que él dijera o preguntara algo así que saque nuestro almuerzo y lo agrande con magia sin varita, tenía un hechizo de preservación así que aún estaba caliente, como recién hecha. Le pase su plato a Naruto que lo vio dudoso, es obvio, no sé cocinar comida japonesa, así que le resulta raro la que yo preparo.
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── No tiene veneno, si es lo que te preocupa ──dije haciendo que él se sonrojara fuertemente, algo que me causo gracia.
── Eso lo sé bien ──afirmó, sonreí por la confianza que me tenía── Pero, no ¿Hay ramen? ──preguntó esperanzado.
── Si hay ──respondí y solté un arrullo cuando ví su cara iluminarse y sus ojos brillar── Pero no te daré ──con eso dicho toda ilusión se fue para dar paso a una de depresión── El ramen detiene tu crecimiento, además necesitas las proteínas y vitaminas necesarias que solo obtendrás de una alimentación balanceada para que no tengas problemas en tu entrenamiento ──alegué.
── ¿Entrenamiento? ──interrogó extrañado, algo que no me gustó por su expresión.
"Solo espero que no sea lo que estoy pensando, porque sino... Mejor lo dejo a la imaginación".
── Si petit chat, eso dije ¿Porqué? ¿No te agrada la idea? ──indagué sabiendo la respuesta.
"Después de todo que se puede esperar de una aldea habitada por imbéciles e ignorantes, hijos de su chingada madre, mal paridos, cabrones... Creo que haber convivido demasiado tiempo entre mexicanos no me hizo bien, ¿A quien engaño? Ya era así antes de convivir entre ellos, solo aprendí mejores y palabras más chidas para chingarme a cualquiera que me haga rabiar".
── No, no es eso ──negó rápidamente bajando la mirada triste que tenía y que me partía el alma── Es solo que nadie me quiere cerca así que me preguntaba ¿Quién será el que me dará entrenamiento? ──preguntó cambiando de expresión a una espectacular sonrisa que literalmente hace que te quedes sin habla de lo hermosa que es.
── Pues obviamente yo, ¿Quien más sino? ──cuestioné con fingida indignación.
Lo siguiente que sentí fue a Naruto tumbandonos al suelo con un abrazo mientras ocultaba su rostro en mi pecho que en lugar de sonrojarme o incomodarme solo lo envolví en mis brazos como él a mí hace unos minutos atrás, sabía que esto significa mucho para Naruto, pues no muchos se empeñan en conocerlo solo en en señalarlo, acusarlo o golpearlo.
