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Narra Omnisciente
Tres rubios se encontraban en una mini discusión mientras caminaban por las calles del área de Shibuya regresando a sus casas después de pasar la tarde en el centro comercial a pedido de la hermana menor del más pequeño de los tres.
—¡Mikey! Deja dorayakis para Shin-nii y para el abuelo. — Recrimino la única chica del mini grupo.
—Tranquilizate Emma, era obvio de Mikey se los terminaría comiendo, lo que si es sorprendente es que haya durado tanto tiempo sin comerselos antes. —
—¡Kenchin! ¡¡Ya se acabaron!!~ — Exclamo el rubio cenizo habiendo un berrinche digno de un infante de pre-escolar.
—Ya lo note Mikey, pero ya no te comprare más. — Hablo Draken mientras metía sus manos en los bolsillos de sus pantalones.
Antes de que el invencible Mikey pudiera empezar a hacer un escándalo por no recibir más de sus dulces se escuchó un llanto no tan escandaloso pero lo suficientemente alto para ser percibido por los 3 rubios, que a estas alturas se encontraban cerca de la entrada de un parque de juegos infantil.
—¿Eeeh? ¿Qué es lo que se escucha? —
—Parece que un niño está llorando, se habrá caído — Respondió de manera simple Mikey.
—Pero... ¿no es muy tarde para que un niño este en un parque? — La chica cuestiono con duda, mientras le echaba un vistazo panorámico al parque de juegos. — Además parece que no hay algún adulto cerca.
—No perdemos nada por investigar. — Intento convencer el de tatuaje al de baja estatura, lográndolo al verlo asentir a la idea propuesta por los otros dos.
Después de recorrer el medianamente grande parque de juegos intentando encontrar el origen del llanto infantil que escucharon con anterioridad lograron su, autoimpuesta, misión de búsqueda; siendo el origen un pequeño niño con rizos de un color castaño-cobrizo y con mejillas, un poco regordetas, que contaban con un sonrojo natural por el tiempo que estuvo llorando.
A pesar de ya haber sido encontrado el pequeño niño, que se encontraba con sus ojitos cerrados debido a seguir con su llanto, por alguna extraña razón no sentía estar en amenaza con la presencia de las 3 personas totalmente desconocidas para él.
—Oye pequeño.... ¿Te encuentras bien, no tienes alguna herida ni nada? ¿Dónde se encuentran tus padres? — La chica fue la primera en intentar acercarse de manera que no lo asustara.
Pero lo único que consiguió de parte de él fue una pequeña negación y una corta, y mal pronunciada, frase que no solo la dejo sorprendida a ella, sino que también dejo helados a los otros 2 adolescentes que iban acompañándola.
Narra Draken
—Dejadon sodo agui. — Trato de responderle de forma clara el niño a Emma, mientras pasaba sus manitas por su cara en un intento por quitar los restos de lágrimas.
*¿Pero qué... qué rayos?, ¿Cómo que solo?, ¿Simplemente lo dejaron aquí, solo lo... lo abandonaron?*
—¿Có-cómo...? — Sacudí la cabeza ligeramente. — dime pequeño ¿Cuál es tu nombre? — trate de sonar lo más amable posible para no asustarlo.
—Eh, mi nombre e Aguihigo. — El pequeño cobrizo se señaló a si mismo mientras que me volteaba a ver.
Pude seguir haciéndome un lío mental preguntándome quien podría hacer tal barbarie, de no haber sido por Emma que noto una pequeña plaquita que colgaba de la mochila que se encontraba a un lado del niño.
—Ken, ¿crees que tenga información de donde podemos encontrar a sus padres?—
—Esperemos y así sea Emma, esperemos—
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Holis, si se que ya hace un bien puse solo el prólogo, y a ciencia cierta no se cada cuando publique espero y sea seguido. Solo les diré que aprecio que le den una oportunidad a esta historia y espero les guste, besos.
