—¿Entonces me dirás ya como fue? —golpea su hombro contra mí y me desestabiliza, pero logro no caerme.
Desde que le conté a Kate sobre lo que ocurrió el día de la fiesta no para de molestar con lo mismo, quiere detalles. Yo no se los he dado, porque principalmente es algo que evito pensar, ese día se lo conté porque de verdad necesitaba soltarlo, pero nunca creí que fuera a ser tan insistente con el mismo tema.
—No hay nada más que contar.
—¡Detalles mujer! ¡Detalles! —a pesar de que lleva sus libros logra mover sus manos rápidamente fingiendo que me ahorca. —¡Es lo único que necesito!
—No voy a narrarte como fue que su boca succiono la mía.
—¡¿Te succiono la boca?! —grita asombrada y las personas a nuestro alrededor voltean.
Lo entiendo, que alguien grite que te succionaron la boca me llamaría la atención también, es por eso que los ojos nos miran con intriga y yo comienzo a ponerme roja.
—¡Kate! ¡No lo grites! —ella tapa su boca con la mano y yo hago lo mismo, pero cubriendo mi rostro.
Qué vergüenza.
Que humillante.
Que terrible.
—Perdón, es que me tomo por sorpresa.
—¿Quién succiono a quién? —Simon se detiene frente a nosotros, con una ceja enarcada y las manos en sus bolsillos.
—Nadie...
Claro que Kate me interrumpe y para entonces ya es muy tarde callarla.
—Amy a Luca...o —el pelinegro abre sus ojos sorprendidos y yo niego —Luca a Amy.
—¡¿Se succionaron?! —Lo grita y volvemos a tener la atención de todos.
¿Por qué se empeñan a gritar lo que ni siquiera he confirmado? O sea, si nos besamos, pero no hubo succión, pero si roces y eso...
—¡Dios mío! ¿Pueden dejar de gritar? —estoy muy segura de que mi rostro ahorita es más rojo que un tomate y la vergüenza predomina en mí.
—Pero... ¿si se succionaron? —susurra Simon y yo niego.
—No les diré nada, se quedarán con la intriga.
—Entonces si paso algo —entrecierra sus ojos y yo levanto mis hombros. El silencio es mi mejor arma con ellos dos.
—¡Claro que si paso algo entre ellos! Para mí un beso ya es mucho —dice mi mejor amiga, chismosa.
—¡¿Se besaron?! —grita de nuevo.
¡Dios! ¿Qué castigo estoy pagando?
—¡Simon! ¡Deja de gritar todo lo que Kate diga! No quiero que media escuela se entere o cree rumores —, lo apunto con mi dedo índice y luego volteo hacia Kate —¡Y tú! —pega un brinco y yo me acerco lentamente —¡Deja de ser una chismosa y contarle que me bese con Luca!
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L de Londres (libro 1)
Novela JuvenilLas personas están destinadas a conocerse para hacer bien o mal en la vida de uno. Luca fue una de esas personas en la vida de Amy, se conocieron por casualidad y nunca esperaron lo que sucedería al final. Después de todo algunas personas están des...