Capítulo 15: Revelación

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 15: "Revelación".

- Nací en Francia, al contrario de Kikyo que nació en la isla. Cuando tenía apenas 1 año mis padres decidieron vivir sus vidas separados... no se llevaban muy bien... - Alzó los ojos a él y vio que Inuyasha tenía su mirada clavada en su rostro. Ella sonrió levemente y él hizo lo mismo.-... mi papá se quedó conmigo... aunque fue Kaede quien me crio... y mi madre con Kikyo... creo que siempre ha sido su favorita- Murmuró bajando la vista y entonces sintió el tacto del hombre sobre su mano.

- Que extraño... también las separaron a ustedes...

- Era porque ya no teníamos mucho dinero y mamá no podría cuidarnos a las dos... - Respondió suavemente. Él asintió entonces y ella prosiguió.-... cuando tenía 13 papá decidió que debíamos estar todos juntos... aunque su relación con mi madre podría ser de apariencias... lo haría por la familia... y fue así como nos embarcamos un día... en una goleta que intentó cruzar todo un océano...

Kagome se sentó en la cama sintiendo un dolor tremendo en el estómago, el inevitable y constante vaivén del barco la tenía casi enferma. No había probado bocado desde que se embarcaron, ya varios días, y era que apenas podía sostener la comida en su estómago. Y todo porque a apenas un día de navegación se había desatado una feroz tormenta que agitaba sin compasión la pequeña embarcación en el inmenso mar.

- ¿Falta mucho papá?- Preguntó abrazándose a su cintura con fuerza. El hombre acarició sus cabellos largos y negros y la miró con dulzura.

- Pequeña, me has preguntado eso más de cien veces...

- ¿Pero falta mucho?... el barco se mueve demasiado... me da miedo... a veces... en las noches sobre todo cuando hay truenos y relámpagos... imagino que nos hundiremos... - Gimió la niña abrazándose con más fuerza a él enterrando la cara en su pecho.

- Tranquila... nada malo nos sucederá, te lo prometo... llegaremos al lado de tu madre y tu hermana que esperan ansiosas nuestra llegada... al fin estará la familia completa...

Kagome levantó el rostro hacia él mirándolo esperanzada mientras sus ojos castaños brillaban de esperanza.

- ¿Me lo prometes?... ¿nada malo sucederá?...

- Confía en mí... llegaremos muy pronto a casa...

Después de varias noches en vela al fin pudo conciliar el sueño, confiando plenamente en las palabras de su padre. Añoraba estar al lado de su madre, a la cual veía sólo un par de veces en el año cuando viajaba a verla. A su hermana mayor casi no la recordaba, sólo la había visto una sola vez hacía bastante tiempo, su madre se excusaba por ella diciendo que Kikyo le fastidiaba viajar y prefería permanecer en casa. Aferró el rosario en su muñeca inconscientemente con una leve sonrisa en los labios. Lo más probable era que aquel lugar fuera un paraíso, como la isla del tesoro o de algún cuento fantástico que por las noches le relataba su padre. De pronto escuchó un grito en medio de la noche y los aullidos del viento.

- ¡BARCO PIRATA!!

Kagome se incorporó con el corazón sobresaltado mientras Kaede, que dormía su lado también despertaba y arrugaba el ceño.

- ¿Qué ha pasado?- Murmuró la anciana somnolienta aún. Kagome la miró con pánico y se levantó de un salto.

- Pi... piratas... - Gimió. La anciana abrió los ojos inmensamente. Ella misma muchas veces le relató las horribles historias de aquellos sucios ladrones de mar, que robaban a los barcos, mataban a los hombres y abusaban de las mujeres. Kagome entonces tomó una manta y se la puso cubriendo la cabeza y se dirigió o intentó ir a la habitación de su padre, en cuanto abrió la puerta vio a los marineros correr desesperados de un lado a otro y de pronto un cañonazo sacudió la ligera embarcación cayendo algunos pedazos de madera al agua. Ella cayó al piso y miró horrorizada las luces del otro barco que ya casi estaba sobre ellos.- ¡Papá!!- Lo llamó levantándose tambaleando.- ¡Papá!!- Volvió a gritar con el corazón desbocado y el cuerpo tembloroso. Finalmente se produjo el abordaje del otro barco y vio las sucias y horribles caras de los piratas. Ella se quedó paralizada mirando como si fuera una pesadilla, como algunos hombres eran asesinados.

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