Primera pelea con mi vecino

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La alarma suena, parece que no para, lleva media hora sonando «Mierda, media hora» Me levanto lo más rápido que puedo y me meto al baño a ducharme.

En cinco minutos ya estoy lista, salgo a ponerme un poco de maquillaje, me pongo los zapatos y acomodo mi cama, salgo de la habitación y mi compañero ya no está «Es lógico, vas media hora tarde» No hay nada en la alacena, así que me voy a la segunda clase porque a la primera no llegué.

- ¡Hey! ¿Que tal tu primera noche en el internado? - Melanie es la primera en hablar cuando llegó al salón y Nathan ríe

- Muy bien, estuvo excelente - Y no miento, no es a lo que estoy acostumbrada pero no estuvo mal

- Algo me dice que eres las más rara en el instituto - me mira - No te quejas de nada, solo das cumplidos

- Me quejo de las clases y de que me tengo que levantar temprano - Hago un puchero

Seguimos hablando por un rato, hasta que llegó la profesora de literatura. Me encanta leer así que no habrá problema.

- ¡Chicos atención! El día de hoy vamos a trabajar en parejas - Llama nuestra atención - los únicos que no tienen pareja son Nathan y Hera, así que trabajaran juntos.

Lo miro y hago una cara de ¡ay! Camino hasta su lado y me siento, el hace una media sonrisa.

- El día de hoy vamos a leer una novela juvenil, la que ustedes elijan - suspira - tienen la clase libre porque tengo que salir, sería de tarea

Se va del salón, yo no sé que hacer, así que le pregunto a mi compañero de apartamento si irá hacia allá.

- Más al rato, ahora tengo una cita - toma sus cosas y sale

Salgo del aula con mi amiga, vamos por un café y después voy al súper porque recuerdo que no hay nada para comer, ella me acompaña, llevo las cosas suficientes para la semana «Oh dios! Es Nutella» Lo se, es infantil pero es mi perdición, además de la mermelada, tomo un bote de Nutella y lo echo en el carrito, voy a pagar y nos vamos a mi apartamento.

- Casi enloqueces - Menciona mi amiga - Tus ojos brillaban con la Nutella - ríe

- Es mi perdición, no lo voy a negar - Digo la verdad

Es momento de que ella vaya a hacer sus deberes, le doy las gracias, la despido y la veo desaparecer en el elevador, me dispongo a acomodar.

Subo algunas cosas a la alacena, en ese momento llego Nathan, al verme en la cocina, vino.

- ¿A qué te ayudo? - Pregunta sonriente

- A subir esas latas, por favor - digo rendida

- Te ves tan adorable tratando de alcanzar la segunda repisa - toma mis mejillas rojas por el momento «No es mi culpa medir 1.60 metros»

- Y tú te ves tan...«Tan guapo, tan sexy» - él se queda esperando a que diga algo - Tan grande - sonrío

- Lo sé - Su lado egocéntrico lo hace más varonil - Oye, sobre lo del trabajo, podríamos leer "Mi estúpido niñero"

- Yo prefiero "Heist" - lo veo y realmente es tan adorable haciendo deberes del hogar - Creo que es un gran libro

- Okey, no lo he leído, pero te haré caso

Seguimos acomodando las cosas hasta que por fin terminamos, ya era tarde y ya tenía un poco de hambre.

- No sé cocinar, pero si me enseñas prometo aprender - Hace un puchero y eso me conmueve

- Joven rico - rió ante mi comentario - Yo te enseñaré a cocinar, pero me deberás un favor - él acepta

Primero hago lo más fácil en esta vida, el jamón con huevo estaba delicioso, la verdad tenía flojera y no iba a hacer algo super delicado.

Tan Solo Confía En Mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora