𝐃𝐑 • 𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬

La verdad del beso

Cuando veas su sombra a través de la fina cortina, no pierdas más tiempo apresurándote.

Tienes que hablar con él, solo una última vez, antes de que comience el viaje. Sólo tienes que. Porque tu corazón latía erráticamente contra tu pecho por el temor por él y su seguridad, y necesitabas que supiera que aunque todos no le creen, tú lo crees . Siempre lo harás.

Asomando la cabeza lo suficiente para dar a conocer su presencia, inhala bruscamente, antes de mirar hacia adelante; "¿Daniel?" Llamas en voz baja, la voz es un simple susurro, pero Daniel está lo suficientemente cerca como para escucharte con la suficiente claridad como para desviar su atención del resto y centrarla en ti. "eres tú, ¿no?"

"Sí", murmura Dan, asintiendo con la cabeza a pesar de que sabe que no puedes verlo. "Soy yo. ¿Qué haces aquí?

"Tenía que verte", explicas, con la voz quebrada débilmente por la angustia mientras tus labios se fruncen con preocupación. "Estoy preocupado por ti", convence con un suspiro, "¿estás ... estás bien?"

"Um," su voz se arrastra y hay una pausa, puedes sentirlo moverse a tu lado, como si estuviera mirando alrededor antes de responder. "Tan bien como puedo estar".

Quizás sean las palabras. Quizás es la forma en que lo dice; como si no estuviera seguro, como si supiera que no es verdad. Quizás sea una combinación de todo. Pero antes de que te des cuenta, una voz en tu cabeza te dice que lo olvides y luego corres las cortinas, te abres camino a través de ellas hasta que puedas ver claramente a Daniel y envolver tus brazos alrededor de él. Lo atraes hacia él, sujetándolo con firmeza y fuerza, y un jadeo de preocupación se escapa de tus labios.

Hay un momento de pausa, Daniel claramente sorprendido, pero luego sientes que sus brazos se enrollan lentamente alrededor de los tuyos. E incluso si le toma un minuto, se aferra a ti con tanta fuerza como tú a él, y sientes que entierra la cabeza en el hueco de tu cuello, como si este simple acto, un abrazo, fuera exactamente el momento. consuelo que necesitaba.

Y te imaginas, con todo, probablemente no ha recibido mucho consuelo a pesar de merecerlo por encima de todos los demás.

Hay un eco de silencio, te alejas débilmente, lo suficiente para poder mirarlo a los ojos. Y hay una cierta dulzura en la tuya, una calidez, mientras él te mira fijamente con este miedo que quizás solo tú realmente puedas captar; una preocupación que otros se habrían perdido. Te rompe el corazón, más de lo que las palabras pueden describir, y es con ese simple pensamiento, con la amenaza que se cierne sobre los dos contra la que presionas tus labios.

Ustedes dos habían estado tambaleándose alrededor de sus sentimientos el uno por el otro desde que tenían memoria. Hubo miradas anhelantes, toques duraderos y comentarios burlones (más de tu parte que cualquier otra cosa), pero nunca salió nada de ellos. Ustedes dos simplemente nunca actuaron de acuerdo con sus sentimientos. Sin embargo, estarías condenado si lo dejaras ir a la arena, con la vida en peligro, y no le dijeras, o más bien, le mostraras, cuánto te preocupas por él.

Daniel está sorprendido al principio. Él se agarra a tu cintura, y aunque tus ojos se cierran con fuerza, puedes notar que se ha ensanchado por la sorpresa. Pero eso no te detiene, y un momento después, él se relaja contra tu toque y casi se inclina hacia él. Él comienza a devolver el beso, y aunque es un lío incómodo porque ninguno de ustedes realmente sabe cómo besar correctamente, es increíble y todo lo que alguna vez soñó tener.

Tener a Dan tan cerca, sin miedo a los demás y con ojos distraídos, era... asombroso .

Sin embargo, el momento solo dura tanto tiempo antes de que haya un clic fuerte y resonante que llame la atención de ambos. Saltas hacia atrás en respuesta, alejándote del beso, pero Daniel lo sujeta con fuerza, con un brazo todavía envuelto alrededor de tu cintura, mientras ambos miran en la dirección del ruido.

Frunces el ceño casi al instante. Era un paparazzi.

"¡Oh!" Ella arrulla, dando un paso adelante con una sonrisa brillante y retorcida en sus labios. "¡Romance joven! Qué ... dulce . "

Tragando saliva, la miras con furia, antes de captar la mirada de Daniel tiene un leve rubor inunda tus mejillas, haciéndote mirar hacia abajo a tus pies. El Paparazzi sigue y sigue, y el resto de los competidores dan un paso adelante,El manager grita algo sobre que no se le permite entrar en la tienda. Pero te lo pierdes todo.

Estás abrumado por el hecho de que acababas de besar a Daniel ... y ahora ella tenía una foto de eso.

Apretando el brazo de Daniel, atraes su atención hacia ti. "Será mejor que me vaya", susurras, para que solo él pueda escucharte mientras das un pequeño paso hacia atrás. "Pero ... te encontraré después, ¿de acuerdo?"

Pero su reacción , como si no quisiera que te vayas, pero asiente de todos modos.

Odias resbalarte de su toque.

-

En el momento en que lo ve después de un mes, no pierdes el tiempo más que corriendo de regreso a sus brazos.

Toma a Dan por sorpresa como la última vez, pero te agarra más fácilmente, estabilizando sus pies mientras sus brazos rodean tu cintura. Hay un aura de luz a su alrededor, una atmósfera de felicidad y alivio que no había estado allí la última vez que lo viste, principalmente porque había vuelto, y se ríe levemente mientras lo agarras con fuerza, preguntándole por y otra vez si estaba bien.

"Estoy bien, estoy bien", se ríe ligeramente, con la mano cayendo en la parte baja de tu espalda mientras te apartas para encontrar su mirada.

Tus ojos se posan en el corte bastante desagradable en su mejilla, tu mano se levanta lentamente para tocarla suavemente. Él hace una mueca levemente mientras lo haces, y frunces más el ceño, mordiendo tu labio. Pero luego Daniel está bajando suavemente tu mano por el resto, tus ojos parpadean hacia los suyos mientras sonríe suavemente.

"Estoy bien, T/n".

"Estaba tan preocupada", respiras, "mi corazón todavía late con fuerza".

Sus mejillas se calientan, ligeramente, pero no dice nada. Un cómodo silencio los invade a ambos y se les recuerda demasiado rápido exactamente lo que sucedió antes.

Daniel, claramente, está pensando lo mismo.

"¿Tú ... cuando me besaste", baja la mirada, como si tuviera miedo, "lo dijiste en serio cuando me besaste?"

Y tus ojos se abren, preguntándote cómo pudiste pensar que no lo hiciste . "Hiciste..." y tu voz es suave, nerviosa, un mero susurro que tiembla ligeramente. "¿No querías que significara nada?"

"¡No no!" Las palabras brotan de sus labios, rápidas y urgentes, y niega con la cabeza. "No yo lo hice. Solo pensé ... con todo, tal vez fue algo en el momento ... o algo ... "

"Oh", respiras, dudando.

Daniel todavía evita tu mirada, y dejas que tus ojos vaguen por él. Observando la mirada nerviosa en sus ojos, el corte profundo en su mejilla y luego en sus labios. Dando un paso hacia adelante, te inclinas hacia él, presionando tus labios contra los suyos una vez más, las manos cayendo a sus mejillas mientras las ahuecas, acercándolo más a ti. Daniel responde mucho más rápido que antes, las manos cayendo a tus caderas mientras sus ojos se cierran con los tuyos, y te devuelve el beso con tanto amor y adoración como tú.

Cuando te alejas, sin aliento, tu frente cae contra la suya y dejas escapar una risa ligera y aireada.

"Lo decía en serio."