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desperté cuando los ligeros rayos de sol chocaron contra mi rostro

talle un poco mis ojos para acostumbrarlos a la luz

aun no podía adaptarme bien a mi entorno y todavía tenia algo de sueño, así que trate de volver a tratar de dormir 


o esas eran mis intenciones...


cuando quise volver a acomodar mi cabeza en la cómoda superficie en donde anteriormente se encontraba, note que era algo duro pero al mismo tiempo, cálido y un tanto suave

levante mi cabeza rápidamente para poder ver que era en lo que me encontraba recostada y vaya sorpresa la que me lleve 


estaba literalmente encima del cuerpo desnudo de Naoto


mi torso estaba sobre el suyo, mi cabeza estaba recargada sobre su pecho mientras el descansaba boca arriba, con uno de sus brazos rodeaba mi cintura, mientras nuestras piernas estaban entrelazadas

nuestros cuerpos desnudos rozándose ligeramente con lo poco que nos movíamos, tan solo con una sabana cubriéndolos 

pese a que su respiración era tranquila, el agarre que mantenía en mi cintura era firme


me levante solo un poco para no despertarlo, me gire lentamente para poder verlo a la cara 

se veía tan relajado y sin preocupaciones ahí acostado

me volví a acostar sobre su pecho, pero ahora haciendo que mis senos quedaran aplastados por sobre su torso, pase mis manos por su cuello, acariciándolo lentamente para que aquel pelinegro no saliera del mundo de los sueños 

delinee con las yemas de mis dedos las facciones de su rostro, y así seguí por unos minutos 


-¿Vas a seguir viéndome y tocándome o vas a besar?- salió de su labios 

me quede estática por un momento y sentí el calor subir a mis mejillas, quite mis manos rápidamente tratándolas de esconder, mas sin embargo me tomo por mis muñecas, haciendo que me apegara mas a él y nuestros rostros se acercaran 


-¿acaso tienes miedo?- me dijo con una sonrisa burlona cuando nuestros rostros estaban a centímetros 

trate de darle una respuesta mas no pude...

 porque ya tenia sus labios devorando los míos 

aunque me sorprendió no me demore en devolverle el  beso que pocos segundos después, se transformo en húmedo, fogoso y caliente 

soltó mis muñecas y aproveché para pasar mis brazos por detrás de su cabeza y acariciar su nuca y cuello, mientras él pasaba sus manos por sobre la sabana, delineando mi cuerpo hasta detenerse en mi trasero, donde antes de meter sus manos en la sabana para poder sentir mi piel, dio una pequeña nalgada sin tanta fuerza y un ligero apretón 

ahogue un pequeño gemido en sus labios

-Tranquilo- hable separándome un poco

-¿quieres que me detenga?- 




Narrador omnisciente

𝑇𝑜𝑘𝑦𝑜 𝑅𝑒𝑣𝑒𝑛𝑔𝑒𝑟𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora