Chapter 2

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La chica misteriosa
𖥸

A paso suave pero desinteresado, caminaba una chica de larga y espesa cabellera negra. Su piel era tan pálida como un lienzo listo para ser llenado de colores al igual que sus grises ojos, los cuales parecían ser tan fríos y cálidos a la vez que verlos me consumían por completo. Delgada y frágil, llevaba una falda morada, con una sudadera naranja brillante y un abrigo azul lleno de nubes, unas botas altas rojas y medias amarillas. Era como si la nube más triste se vistiera con fragmentos de el más brillante arcoiris.

Perfecta.

Las risas seguían cada vez más altas, aunque seguía sin comprender el porqué, no veía ninguna razón para tanta gracia. Tal ves era su ropa, tal vez era su extraña aura de soledad, fuera lo que fuera, jamás bajó su vista al suelo con algún rastro de vergüenza o molestia. Se mantenía firme e indiferente ante todos, como si fuéramos solo parte de algo más que no le interesaba conocer.

¿Quién era ella?

—Hola, ¿eres nuevo por aquí? —preguntó alguien a mi lado. Sacudí mi cabeza apartando todas esas ideas, girando mi rostro para ver de quién provenía—. Nunca te había visto por aquí así que supongo que eres tú.

—Si, acabo de mudarme —aclaré un poco mi voz—. Soy Dean Walker, y tu eres...

—Diana, Diana Wells —extendió su mano en mi dirección, sonriendo de una forma exagerada para mi gusto, aunque al final tomé su mano—. Soy la capitana de las porristas y presidenta escolar, para que después digan que las bonitas no podemos ser inteligentes.

—Eso está sobrevalorado—reí un poco, era bonita, pero una belleza simple. No como la de la chica extraña—. ¿Puedes llevarme a la dirección? Necesito saber cuál es mi salón y mis horarios.

—Por eso estoy aquí, es mi tarea como presidenta guiar a los nuevos alumnos antes de ser devorados —una de las comisuras de sus labios se alzó levemente—. Sígueme.

—¿Devorados? —inquirí confundido, siguiendo sus pasos.

—Si, los alumnos nuevos tienden a ser la comidilla de los más viejos aquí. Algunos pasan a ser como nosotros, los geniales, y otros van directo a los marginados, como... —ví que buscaba algo con la mirada, subió su mano señalando hacia alguien en el pasillo y dirigí la vista hacia el lugar— ella.

¿Ella?

—¿Por qué como ella?

Era la chica de hacía unos minutos atrás.

—Con el tiempo ya lo verás, le gusta hacer el ridículo a su manera —alzó sus hombros, restandole importancia al asunto.

Suspiré bajo, magnífica presidenta —nótese el sarcasmo— Al parecer, era como todas esas bonitas de instituto que creen que por no tener acné ya son reinas, pero no me corresponde a mi juzgar. De todas formas tenía que ser como ellos, otro sin cerebro popular y aparentemente mimado, así y solo así podría seguir en mis cosas sin molestias.

 De todas formas tenía que ser como ellos, otro sin cerebro popular y aparentemente mimado, así y solo así podría seguir en mis cosas sin molestias

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