-CAPITULO 1-

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Una mañana tranquila comenzaba, un día soleado y tranquilo aguardaba en adelante, un muchacho joven con ojos color avellana se encontraba a oscuras frente al ordenador como era costumbre, diariamente se mantenía pegado a aquella silla reclinable esperando alguna señal de aquel niño verde el cual era su enemigo de infancia.

hace ya 10 años que no sabia nada de aquel niño de ojos azules, hace ya 10 años que no despega su vista de aquella casa extraña y completamente empolvada que se encontraba, no salía ni su perro extraño, algo había pasado sin embargo no tenia el tiempo para averiguar que cosa era lo que pasaba, su padre insistía tanto en que se pusiera a estudiar en lugar de jugar que al final solo tuvo que acatar las ordenes de su señor padre debido a que el tiempo pasaba volando para un simple humano como el, el tiempo va corriendo y si no actúas rápido no ganas dinero

últimamente el dinero se volvió primordial en nuestras vidas, es lo que se necesita para poder vivir, el dinero es como el aire, sin dinero no vives

secundaria, una etapa donde los jóvenes están completamente ansiosos por querer experimentar nuevas experiencias, nuevas cosas, entre ellas el sexo no se hacia de lado, las hormonas alborotadas de los adolecentes hacían fácil las ganas de querer experimentar, la masturbación la calma para algunos y el chantaje para otros, cualquiera vale mientras puedas saciar tus deseos carnales

-vaya día de mierda-

dijo el muchacho de gabardina mientras caminaba por la cera con una sombrilla en manos cubriéndose del sol, la popularidad del joven era nula, nadie si quiera se molestaba en dirigirle la palabra a menos que lo necesitaran de verdad, tantos años de burlas habían parado a causa de aburrimiento, chantajes de muchachas sensuales a aquel joven para resolverles la tarea no hacían falta, sin embargo el joven aun era completamente virgen.

-buenos días estúpidos terrícolas-

aquella voz hizo que el joven levante con rapidez el rostro buscando al dueño de aquella, quedo completamente helado al ver de quien se trataba, sin embargo un ligero brillo en sus ojos aparecieron mientras que una ligera sonrisa se dibujaba en su pálido rostro

-ZIM!-

PEQUEÑO ERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora