Sus olfatos, sensibles ante cualquier aroma y hedor suave, picaban lentamente por cada inhalada y exhalada que sus moribundos cuerpos daban. Sus pulmones débiles y desgarrados eran expuestos al humo asfixiante del monóxido, intoxicando lenta y dolorosamente sus órganos internos.
No imaginaban un peor infierno que el que estaban viviendo en carne propia, sintiendo la irregularidad en sus respiraciones, el picor que impedía a sus ojos permanecer abiertos en búsqueda de cualquier salida y salvación o sus cuerpos calientes y ardiendo a fuego vivo como si quisieran cocinarlos para algún festín. Incluso cuando practicaban el manejo mordaz de magia que tenía su especie, jamás sintieron un dolor tan atroz como el ser cocinados vivos.
Sus sentimientos eran un caos, al igual que la habitación incendiada delante de ellos que minutos atrás consideraban su pequeña guarida y espacio seguro. Ojalá el remolino de sensaciones que sentían amartillar en sus acelerados corazones, se redujera en cenizas como lo estaba haciendo aquel lugar que alguna vez consideraron su hogar.
El brillo titilante de vida que aún prevalecía obstinadamente en sus ojos granates perdía esplendor por cada segundo tortuoso que pasaba, resignándose decepcionadamente de sus destinos. Sus últimos consuelos fueron las agrias lágrimas que asomaban por las esquinas de sus ojerosos ojos, aun si ardían como aquel fuego que quemaba sus pieles, dejaron que sus últimas esperanzas de vida se esfumarán con aquellas saladas gotas de agua.
La vista de ambos oscureció, el ruido tenebroso de madera quebrándose e incendiándose también ceso, escuchándose como un lejano eco que iba desapareciendo lentamente, brindando al fin la ansiada paz que tanto buscaron en vida, pero solo consiguieron en la muerte. Ni siquiera el sospechoso estruendo de madera destrozándose cerca de ellos logro sacarlos de su oscuridad.
Al fin dejaron de sufrir en manos de aquellos que se hacían llamar su familia.
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ღ𝑺𝒆𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒑𝒊𝒂🌸___ [wmmap]྅
Fanfiction─ Juro solemnemente servir en cuerpo y alma a nuestro futuro sol naciente de Obelia ─ recitaron en coro dos voces en perfecta sincronía. ─ ¿Juran lealtad aún si digo que los rescate por mero despecho? ─ Ambos jóvenes, postrados bajo la atenta mirada...