Parte 3/3

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—¡Viejo que te ocurre! ¡Es Tetsu!— Le reclamo Kirishima ante la nada inesperada acción de su amigo.

Alzó la vista para mirar al chico a quien acababa de empapar con ponche y en efecto, era ese imbécil de hierro a quien le había arruinado su maquillaje barato.

—Yo, iré al baño— dijo el chico mientras sentía el olor del alcohol de la bebida exparcirse por todo su traje.

El enojo seguía burbujeante en su pecho pero ahora estaba avergonzado, se comenzaba a sentir ofuscado y las personas bailando restregando sus cuerpos a él lo solo irritaba todavía más. Se sentía estúpido, curiosamente, no sabía que eran los celos. No hasta esa noche.

Evito la mirada acusadora del pelirrojo y el otro pareció notar lo incómodo y tenso que se estaba poniendo y se acercó con una mueca preocupada —¿Oye estás bien?

—No me gustan las fiestas, ya me voy— le dijo en un gruñido, le tendió el otro vaso, el que no había derramado sobre Tetsu y empujando a la gente salío de la casa.

Kirishima lo siguió con la mirada y luego comenzó a caminar intentando alcanzarlo, pero la gente era tan estorbósa que comenzó a perderlo de vista, hicieron que el vaso que sostenía en sus manos se tambaleara cuando lo empujaban y se derramarán algunas gotas sobre su traje, en ese horrible corset que de alguna manera se habia acostumbrado a su insoportable presión sobre su abdomen.

Bakugou finalmente logro llegar a la entrada, salió del lugar y tomo una gran bocanada de aire. Comenzaba a sentirse asfixiado, con pánico, jamás había estado rodeado de tantas personas y se sentía incómodo, tenía claustrofobia en estos momentos.

Caminó hacia unos camastros cerca de la piscina, todavía en el jardín y en todas partes había adolescentes. De aquí a allá, algunos jugando, o bebiendo, o fumando, o besandose o llegando a segunda base atrás de eses arbustos.

Se sentó en el camastro y resoplo bajo, sintió una presión sobre su sien, en esa parte atrás de la orejas y comenzó a doler, en un gruñido y sin delicadeza se quitó aquella diadema que le apretaba y se sintió bastante estúpido.

—Oye— escucho a alguien llamándolo, alzó la vista y encontró al pelirrojo acercarse a el con una mirada preocupada, volvió a ignorarlo y desvío la mirada a otro sitio. Quería estar solo.

—Largate.

—Pero yo me estoy divirtiendo— le dijo con una forzada sonrisa acercándose con la intensión de sentarse en el camastro a lado del rubio. Mirándolo aún sosteniendo ese vaso entre sus manos. Cuando no le respondió nada soltó un largo suspiro —¿Por qué hiciste eso?

—Qué te importa, no volveré de todas formas, iré a casa— se movió con la intención de levantarse y lo más probable largarse cuando apenas habían llegado. Alarmado, Kirishima tomo su brazo y lo detuvo.

—No, espera, una última oportunidad ¿Si? Por favor.

—No voy a fiestas Kirishima, no me gustan, me siento sofocado entre tanta gente que no conozco.

—Bien, pero estás conmigo, a mi sí me conoces. Por favor Bakugou, amo el Halloween, solo está vez— Bakugou solo lo miro, sin intenciones de ceder pero no dijo nada —Por favor Katsuki, me puse un vestido y está cosa que sinceramente está aplastando mis órganos y todo por ti, haz esto por mi ¿Si?

Bien, talvez Kirishima era un buen manipulador, lo cual no contó cuando se acercó a el con su actitud tan "alegre". Y ahora todo tenía sentido. Kirishima tenía razón hace unos momentos en el metro cuando le dijo que, al final de cuentas iba a terminar haciendo lo que el quería.

Para besarte mejor |Katsukiri Donde viven las historias. Descúbrelo ahora