El fin de la espera (1).

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Si hay algo que tienen en común todas las familias sangre pura del mundo mágico además de su estatus como sangre pura eso sería que todas tienen algo que las hace raras.

Por ejemplo...

La Ancestral Casa Black está ubicada en Londres Muggle, lo cual es sorprendente teniendo en cuanta que a excepción de dos o tres miembros de la familia Black, la mayoría aborrecía a los muggles.

También tenemos a la familia Weasley que aunque ya llevan varias generaciones siendo "traidores de sangre" ya que abogan a favor de matrimonios entre magos y muggles aún actualmente siguen siendo sangre pura.

Por supuesto no nos puede faltar la familia Malfoy, ellos también tienen "sus", no "su", propias rarezas. Para empezar tenemos el hecho que desde el comienzo siempre ha sido una familia de tres, o sea, solo hay un heredero por generación, nunca ha existido el caso de que haya luchas por el derecho de sucesión. En segunda, todos son hombres, jamás ha nacido una mujer Malfoy, no les parece extraño, vamos, ¿cuál es la posibilidad de que eso pase?

¿¡Y que decir de su genética!?

¡Joder! ¡Esa familia esta hecha de puros dioses griegos! ¡Y no podemos dejar de hablar de su semejanza con ciertas criaturas mágicas llamadas Veelas! De no ser porque son hombres y se ha comprobado que no ha habido cruce con ningún tipo de criatura mágica cualquiera sospecharía... muchos aún lo hacen... y ciertamente... ¿Cómo culparlos?

Otra cosa rara en esa familia, son sus matrimonios y la sucesión del título de patriarca, todos... y repito.... "TODOS" han tenido matrimonios arreglados y solo reciben el titulo de patriarca luego de que se confirme la llegada del siguiente heredero... es una pena que el antiguo patriarca siempre muera antes de conocer a su nieto.

¡Casi hasta parece una maldición y una bendición a partes iguales!

De hecho muchos piensan que en verdad la familia fue maldita, pero independientemente de si eso es verdad o no, hay que reconocer que los hombres Malfoy son un deleite para los ojos.

En resumen, el linaje Malfoy es como el vino, entre más años pasan se pone mejor.

La mejor evidencia de ello se puede apreciar durante ciertas reuniones típicas de la alta sociedad para estrechar lazos, en donde los padres suelen llevar a sus descendientes.

Para Narcissa Malfoy, antiguamente Black, desde que se convirtió en la cónyuge de Lucius Malfoy se hizo común recibir los halagos y felicitaciones, así como miradas de envidia, por parte de muchas de las damas que se presentan a esos eventos. En un principio se debía al atractivo de su esposo y a la buena relación que hay entre ellos, pero desde que su pequeño Draco se unió a ellos toda la atención que antes atraía su padre y ella misma se dirigió a él.

De más está decir que Narcissa estaba muy orgullosa de su pequeño Dragón, pero quien en su lugar no lo estaría, sobre todo después de escuchar ciertos cometarios.

—¡Es una lástima que mi hija ya este comprometida! — exclamó la Sra. Parkinson. — ¡El joven Malfoy y ella harían una excelente pareja!

—No diga eso Sra. Parkinson. El joven Nott también es un excelente partido. — comentó Narcissa cubriendo su sonrisa tras el abanico. — Aunque no tan bueno como mi hijo.

—La Sra. Malfoy tiene razón. Sin embargo hay que reconocer que entre el joven Nott y el joven Malfoy, claramente es mejor este último. — dijo la Sra. Goyle.

—¡No hay duda de que su hijo en un futuro será tan atractivo como su padre! — decía la Sra. Zabini sonriente.

—¡Para nada! — negó Narcissa. — Mi hijo es y será mucho más atractivo que Lucius, puedo asegurárselo. — comentaba ella con una sonrisa orgullosa. — Solo denle unos cuantos años más y será un rompecorazones mayor que su padre. Solo espero que no le rompan el suyo como le pasó a Luc. — pensaba mientras veía a su hijo hablar con el hijo de la Sra. Zabini.

Tergum in TempusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora