cloud 9 ─ [ MARTULI ]

One Season and Half.

Mientras la fría noche seguía, Martina cargaba un insomnio insoportable.

No la había pasado así de "mal" desde el lanzamiento de bnza, su merch, donde había frecuentado insomnio durante unos cinco días.

Pero había una diferencia; una era algo que estaba por salir y otra eran simples pensamientos.

Unos insoportables cabe recalcar.

Normalmente estaba bien la temperatura de la habitación, no entendía porqué estaba tan fría de repente.

Buscó su celular por debajo de la almohada para fijarse la hora y de paso distraerse. 5:30 AM.

Lo más temprano que se había levantado en toda la semana. Esta vez no eran por los ronquidos de Lourdes, ahora era su mente se lo impedía.

Antes todos pensaban que era una exagerada, hasta que subió una historia con los dichosos ronquidos, ahí todos empezaron a entender. Incluso Angie lo dijo en un stream.

Volviendo al tema.

Los vellos del cuerpo se pusieron de punta, temblando y doliendo un poco. Martina llevaba un buzo bordó encima, pero parecía bastante desabrigado.

Lourdes llevaba remera mangas largas color blanco y pantalón rojo con algunos dibujitos, como ya acostumbraba a usar.

No pudo evitar fijarse si la contraria también se estaba muriendo de frío, para poder taparla o algo. Ella siempre lo hacía igual, al tener una novia dormilona, era lo mínimo que podía hacer.

Lourdes estaba totalmente acurrucada, como un cachorrito durmiendo plácidamente. Rebecca estaba en el medio de ambas, dándole la espalda a Martina también.

Enfocándose en la chica al lado, pudo notar el entrecejo fruncido que hacía a veces, como apretaba sus manos y pateaba de vez en cuando.

Una pequeña sonrisa se le dibujó. No podía negar que le parecía gracioso y un poco tierno.

Había dejado su celular rápido, había dejado a Rebe del otro lado y había actuado rápido; envolviendo sus brazos alrededor y apoyando la cabeza en la nuca de su novia, sintió una paz interna tan inexplicable.

No supo si era por el frío o lo abrumada que estaba, pero se terminó abrazando a Lourdes como si su vida dependiera de ello.

Soltó un suspiro, los músculos tensos se sentían más livianos, como una pluma cayéndose al suelo.

Como una brisa fresca.

Se sintió bien, recalculando sobre si había estado destinada a esto toda su vida. Lourdes no era buena dando consejos, Martina sabía bien eso, pero era inevitable no sentirse un poco mejor cuando se abrazaban.

Lourdes eran buena escuchando.

Así como tenía sus defectos, tenía sus fortalezas.

Y eso la hacía amarla un poquito más.

─ Buenas noches Lu.

Por el resto de la noche, Martina durmió abrazada a Lourdes, respirando suavemente e imaginando miles de cosas.

Cabe aclarar que fue la primera vez en el mes que había dormido tan bien, despreocupada y protegida.