I
¿Hasta qué punto eres capaz de soportar una infidelidad?
En los cuentos de hadas, el príncipe es el héroe que salva a la indefensa princesa de todo mal y la protege para que no sufra, un salvador.
En su cuento de hadas, su príncipe terminó siendo un villano; uno que fue cruel con ella, uno que no tuvo piedad de ella, que la lastimó una y otra vez sin parar, jamas llego a ponerle un dedo encima, pero si la lastimo de otras formas horribles, que dolían más que un golpe y dejaban cicatrices que nunca sanarán.
¿Qué pasa cuando el príncipe deja a la princesa por la bruja? ¿Qué pasa cuando el villano de tu historia es la persona que tu amas? O bueno, solías amar...
Se sentía mal, y estúpida con ella misma, ¿porque se sentía así de mal cuando esta misma historia ya se había repetido con anterioridad? Pensó que su novio en algún punto de la historia cambiaría, pero en lugar de eso parecía empeorar más y más.
3 años de relación, junto a Inuyasha Taisho no le trajo nada más que, solo decepciones; pues justo en ese momento no podía recordar ni una sola cosa positiva que hubiera salido de esa jodida relación.
Podía recordar las infidelidades constantes, las mentiras, las promesas vacías y el dolor con claridad.
¿Pero algo bueno o feliz? No, nada.
Y si había de esos recuerdos eran los que ellos habían vivido en sus años de amistad, pues Inuyasha fue su mejor amigo desde los 11 años, ahora con 23 años; era solo un imbécil impertinente.
No era el Inuyasha del que ella se había enamorado cuando eran unos estúpidos y hormonales adolescentes. Este era otro tipo totalmente diferente.
Sentía sus mejillas húmedas, pues había conducido de regreso a casa hecha un mar de lágrimas, ese día no fue para nada como ella lo había imaginado; ella solo quería darle una agradable sorpresa a su pareja, pues el dueño de aquellos raros cabellos plateados había conseguido empleo en una importante empresa. ¿Qué mejor que ir al departamento de tu novio y prepararle una pequeña cena para celebrar aquel logro?
Ella contaba con un juego de llaves que Inuyasha le había dado cuando compró el apartamento 1 año atrás, era completamente normal que ella entrara y saliera cuando gustara, nunca había tenido problema con eso; lo que no se esperaba eran las prendas de vestir femeninas que había en el pequeño "vestíbulo" del lugar, una pequeña falda color rojo junto con un sostén negro.
Ocurrió de nuevo, esa maldita sensación la volvía a atacar de forma despiadada; sintió su nariz picar y su pecho dolió de forma abrupta, escucho murmullos a lo lejos, así que con cuidado dejó la puerta abierta, pues sabía que si la cerraba el ruido alertaria a su estupido novio y a la mujer que estaba con el; camino de manera lenta por el pasillo que tenía una luz tenue, pues la única iluminación con la que contaba era la que entraba por la ventana, y aquel dia estaba tan nublado que anuncia la gran tormenta que se precipitaba; su respiración era cortada y sentía sus ojos picar.
La puerta del dormitorio principal estaba un poco abierta, y entre más se acercaba escuchaba los gemidos de esa mujer; esa maldita mujer cuya voz conocía a la perfección.
Kikyo.
Un impulso eléctrico recorrió su cuerpo, irá combinada con tristeza y decepción lleno su cuerpo por completo, empujo la puerta haciendo que esta chocara en un estrepitoso golpe contra la pared, alertando a la pareja de amantes.
Kikyo, quien "montaba" a Inuyasha se sobresaltó, al voltear y ver a la azabache, bajo de las caderas del ojidorado con vergüenza, cubriendo su cuerpo con las sábanas, Taisho, quien miro a la chica con confusión, solo miro a Aome.