El día en que desperté.

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Caminar era algo que adoraba, nunca aprecias cosas tan "pequeñas" cuando las das por hecho. No te detienes a pensar que son un privilegio.

Usaba mucho mis piernas, algún día me dieron el regalo de la felicidad, con ellas pude sobrevolar los cielos en modo de salto.

Claro que deje de hacerlo después de la lesión, no porque ya no pudiera, pues me recupere. Sino porque no logré reunir el suficiente valor y ánimo, estaba muy hundido luchando contra la obligación de vivir.

Porque vivir nunca había sido un rato tan complicado desde que él murió...

La vida es tan curiosa... Un día cualquiera te mete en situaciones en las que nunca pensaste estar. Un día cualquiera te hace conocer a alguien que contra todo pronóstico, se convierte en importante e indispensable.

Se dice que nadie es indispensable, que alguien no puede morir por la falta de otra persona.

Quienes dicen eso mienten. Mienten cruelmente. Pues yo morí en vida con una llamada. Una sola llamada derrumbó toda mi vida.

Aún puedo cerrar los ojos y recordar esa sensación en mi pecho. Esa que me avisaba de mi corazón quebrándose. Esa que me decía que mi alma había perdido un gran pedazo que jamás volvería.
Ese día marco un antes y un después. Realmente lo hizo.

Pensé que nada lograría derrumbarme desde todo lo que viví en New York, desde burlar a la muerte o dormir a su lado en días terribles. Qué equivocado estaba. Su vida se derrumbó el 20 de diciembre, su felicidad tuvo fecha de caducidad.

Desde ese día nada fue igual y estaba implícita la razón. Tan definida que quienes le conocían ni siquiera se atrevian a decir algo al respecto. Solamente hablaron cuando al parecer, a todos les extrañaba la forma de vida en la que el mismo había decidido existir a partir de ese diciembre.

Era gracioso, quienes no entienden lo veían triste. Quien lo vive lo ve como un contrato. Un contrato que firmaste al estar de acuerdo. De acuerdo a que a partir de ese día no vivías más, sólo sobrevivías a existir de aquella manera.

Y no se entristezcan por el, por favor, no lo hagan.

Fue decisión propia. Intento vivir por los dos, realmente lo intento. Pero falló. Aquello le dolió tanto que incluso se disculpo con él. Por no poder, por no querer.

Tardo mucho en darse cuenta que no volvería a verlo, que no volvería a admirar su belleza frente a frente, que no volvería a ser sarcástico haciendo chistes sobre todo, que no se toparia mas con esa mirada de hielo que se derretía al mirarlo a el, que no volverían a dormir en la misma habitación para que él le "cuidase", no porque preferían estar juntos y sentirse cerca, no...

Hace mucho se había dado cuenta que no  volvería a tenerlo cerca o mínimo a saber que estaba bien.

Pero fue lo mejor.

Ese día comprendió que quizá algún día, en otro mundo, en otra vida, en dónde sea. Se reencontrarían. Y eso le daba paz.

La Paz fue aún mayor cuando a partir de allí, no sabía si era que estaba volviéndose loco, quizá si, pero sentía que el rubio le acompañaba todo el tiempo...

Y eso realmente le gustaba.

Su energía fue algo que aprendió a percibir en esos tiempos terribles, conoció como se sentía y por eso pudo identificar que él le acompañaba. Así que desde allí le dejo de tener miedo a muchas cosas. Como caminar en la noche, la oscuridad absoluta o incluso las alturas.

Se sentía extrañamente protegido.

Incluso su roto corazón se conmovió cuando entre llanto le confesó sus sentimientos pidiéndole perdón y dejándole en claro que podía irse si así lo deseaba. Le rogó que perdonará sus sentimientos y tonto corazón al haberse enamorado de él, que no era diferente a los hombres que lo hirieron, que el también se dejo cautivar por su belleza y hermosa personalidad que pocos entendían.

Más allá de la muerte ~ AshEijiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora