I. Rose

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–¡Vamos, Rose! ¡Ven conmigo a Hogsmeade! ¡Rose! ¡ROOSEEE!

Aquel chico que se desgañitaba por los pasillos de Hogwarts, la famosa escuela de magia y hechicería, se pasó las manos por entre los cabellos en un gesto que denotaba su frustración.

Cuatro años. Cuatro años que llevaba detrás de la ansiada cita con Rose Weasley. Y cuatro años que la respuesta era inmutable.

–¡Qué me dejes en paz, pesado! ¡No pienso ir contigo ni a la vuelta de la esquina! – exclamaba entonces Rose, mientras tiraba del brazo de su amiga Alice para encaminarse a su próxima clase.

La gente a su alrededor apenas se había inmutado. Quitando a un par de alumnas de primero que observaban boquiabiertas al chico que gritaba desde el otro extremo del pasillo, el resto continuaban tranquilamente su camino. Después de todo, Scorpius Malfoy proclamando su amor por Rose Weasley a los cuatro vientos no era nada nuevo.

–No sé si admirar tu tenacidad o compadecerte por ella – escuchó entonces el chico a su espalda. Se giró para encontrarse frente a frente con la hermana de su mejor amigo.

–Lo que deberías hacer es apoyarme, Lily– habló Scorpius frunciendo el entrecejo – Si tú pudieses convencer a Rose de que me diese una oportunidad...

La chica sacudió la cabeza.

–Ya te he dicho miles de veces que lo he intentado. Pero Rose no quiere ni oír hablar del tema. Insiste en que eres su amigo y nada más.

Scorpius lanzó un rugido de desesperación. Era su último año en Hogwarts. Su última oportunidad de conquistar a Rose.

–Escucha... La vida es muy larga– habló Lily Potter como si le hubiese leído el pensamiento – Quizás en unos años Rose haya cambiado de opinión.

–¿Unos años? ¡¿Unos años?! – inquirió Scorpius mirándola con los ojos muy abiertos –¡No tengo unos años!

Lily suspiró, agotada, pues cuando Scorpius hablaba de Rose se convertía en una persona demasiado intensa para su gusto. El curso acababa de empezar, y ella tenía mejores cosas de las que ocuparse. Había sido nombrada capitana del equipo de quidditch y, a mayores, aquel año tendría que examinarse de los T.I.M.O.S. No podía pasarse los días ayudando a Scorpius en sus dramas amorosos.

–Trataré de hablar nuevamente con ella... – comenzó para, acto seguido, levantar la mano silenciando a Scorpius quien abría la boca con los ojos nuevamente relucientes– Pero será la última vez. Tengo otras cosas en la cabeza– remató seria, llamando la atención de su amigo.

–¿Cómo cuales? – preguntó él, curioso.

–Bueno... Necesito prepararme para los T.IM.O.S (y tú deberías pensar lo mismo sobre tus E.X.T.A.S.I.S), así como asegurarme de aplastar al equipo de Slytherin este año y hacerme con la copa de quidditch –terminó con una sonrisa torcida.

El joven rubio sonrió a su vez con petulancia.

–¿Aún no superas la derrota del año pasado, Potter?

–La superaré cuando os ganemos este por el doble de puntos, Malfoy.

Tras un breve silencio en el que se limitaron a mirarse fijamente con arrogancia ambos estallaron en risas.

Scorpius, quien le sacaba por lo menos una cabeza, revolvió el corto cabello de la chica en un ademán cariñoso.

–En tus sueños, Lilu –le susurró entonces al oído para, acto seguido, pegar un brinco y salir corriendo –¡Te veo más tarde!

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⏰ Última actualización: Oct 31, 2021 ⏰

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La vie en rouge | Scorose |ScorlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora