Capítulo único.

262 57 17
                                    

— Señor Kim, su correspondencia ha llegado. — musitó la señora de mediana edad, entrando a la oficina llevando consigo un manojo pequeño de sobres al dueño del hogar.

— Noona, te he dicho que no me digas "señor Kim", por favor, me conoces desde pequeño. — bajo las gafas que se encontraban sobre el puente de su nariz, observando a la mayor. — Incluso puedo asegurar que me limpiaste el trasero de pequeño. — rió levemente, contagiando a la contraria.

Al terminar de reír, la señora fue a abrazarlo por los hombros, dejando un beso sobre su cabello provocando que el adulto cerrará sus ojos. — Tienes razón, mi niño, pero debo de tratarte con respeto. Después de todo, gracias a tu familia he podido mantenerme bien económicamente.

— Ay noona, ¿cuándo podré ganarte? Ya te he dicho que eso es muy poca recompensa por todo lo que me cuidaste y educaste. — sonrió. — Mereces el cielo, el mar, la tierra y todo lo existente en este universo y yo te lo daré, por haberme formado como un hombre de bien, mi querida viejita. — dejó un beso en su mejilla.

— ¡NamJoon! Ya te he dicho que no estoy viejita.

— Es cierto, creo que lo olvidé aunque de igual forma eres mi segunda mamá joven y bonita.

— Ya, basta, tienes que trabajar. — se separó del abrazo, despeinando los cabellos del adulto viendo como este hacía puchero. — Tómalo como una venganza. — rió caminando a la salida.

NamJoon negó sonriendo. Mimi, como le decía a la mayor, solía comportarse como una adolescente a pesar de su avanzada edad. Y le gustaba seguirle el juego ya que le gustaba pelear con su mamá.

Comenzó a hojear los sobres que le habían llegado, deteniéndose en uno que llamó su atención.

Leyó el contenido de la carta y encontró un nombre, demasiado, conocido por él.

¿Cómo podría olvidar ese precioso nombre? Es imposible tratándose de tan majestuoso y perfecto ser quién lo porta.

"De: Kim SeokJin
Para: Kim NamJoon"

Tantos años sin saber del, antes, castaño y ahora, de la nada, vuelve a su vida.

Es una lástima ser uno más de los invitados y no ser el anfitrión. Pero bueno, toca vivir su destino.

A menos qué. . .

— ¡Noona! ¿¡Quieres ir de compras!?

De la nada, la dichosa "noona" apareció en su oficina.

— Dijiste ir de compras ¿verdad?

Asintió riendo. — Ponte bonita mamá.

{. . .}

¿En qué momento ocurrió esto?

¿Por qué sus sentimientos por ese chico lindo se intensifican?

— Nam, date prisa, bobo.

E incluso por momentos se quedaba babeando o tonteando por él.

— Ya voy, bebé. — y siguió caminando hasta subir el tejado, sentándose junto al mayor.

Al estar juntos, el mayor sacó un paquete de cigarrillos, tendiendole la caja al menor y este sacó uno de la caja. Guardó la caja en su bolsillo, sacando de este un encendedor para encender el cigarrillo propio y el contrario.

Kim mayor descansó su cabeza sobre el hombro del menor y ambos dieron una calada al cigarrillo mientras observaban el firmamento.

Manteniéndose en silencio, analizando las estrellas y sintiéndose cómodos con la compañía del contrario.

❛ WE FELL IN LOVE IN OCTOBER ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora