1419
×××
“Toritsuka se enorgullece de ser la persona más cercana al psíquico más fuerte que conoció. Pero no se dio cuenta de lo cerca que estaban él y Saiki, hasta que ... "
×××
Saiki Kusuo era extraño.
Ese era un término bastante genérico.
Saiki Kusuo estaba frío, cansado y contundente en el primer encuentro.
No es que ser despreciado fuera algo a lo que Toritsuka no estaba acostumbrada, por supuesto. Pero Saiki hizo las cosas de manera extraña. Como cuando empujó a Toritsuka lejos, en realidad no estaba tan molesto. Dio un pequeño margen de maniobra para acercarse a él, si tu piel era lo suficientemente dura.
Pero Toritsuka también se encontró pensando, a altas horas de la noche, que Saiki también podría haber sentido un poco de curiosidad por él .
"Piense en todo el bien que podría hacer", había dicho el psíquico.
¿De qué le servía su poder, si solo pudiera ver y hablar con los espíritus? No podía luchar tan bien, y no podía enfrentarse físicamente a los fantasmas que veía. Sus poderes no eran tan llamativos como los de los demás, la gente a su alrededor se aburría fácilmente.
Demonios, obviamente no fue un gran problema, ¡ya que Saiki literalmente podía tocarlo y ver lo que podía ver! ¡Sin mencionar que podía ver el espíritu guardián de Toritsuka incluso sin tocarlo!
Lo que al principio había sido admiración, pronto se convirtió en celos.
Celos amistosos, ya que todavía estaba encantado de poder vincularse por problemas de poder con un compañero psíquico. Pero todavía no podía imaginar tener poderes tan asombrosos. Saiki podía hacer más bien en el mundo que Toritsuka.
La mayoría de las veces, Toritsuka se encuentra despierto la mayoría de las noches, al igual que esta noche, odiándose un poco más a sí mismo.
A veces, ni siquiera moverlo cinco veces a su revista porno favorita lo ha ayudado. Todo lo que hace es hacerlo sentir más cansado, vacío. Como un cadáver una vez que la agradable bruma desaparece.
¿Saiki alguna vez batió su carne?
Probablemente no.
Eso explicaría su actitud de mierda. Estar todo reprimido y esas cosas.
Toritsuka gimió, arrojando su pañuelo enrollado al azar en el bote de basura junto a su televisor. Con suerte, no aterrizó ni golpeó su televisor, pero estaba demasiado loco para preocuparse en ese mismo momento.
Esta noche está muy tranquilo, excepto por la fuerte lluvia contra su ventana. Toritsuka podía sentir el calor de su habitación. Su manta suave contra sus pies, mientras se deslizaba de regreso a la cama, completamente drenado de su pequeña sesión. Se secó las manos contra el pecho de su abrigo watanosato, tratando de ignorar el frío que recorría su cuerpo. Sin embargo, el frío no se debía al mal tiempo exterior.
Extrañaba a su papá.
Como ... mucho.
No eran tan cercanos como la mayoría de las familias, pero él era el único afecto que tenía Toritsuka. Calidez física, al menos. Los fantasmas eran amables y le ofrecían una cálida compañía, pero él nunca recibió la calidez de un abrazo, una agradable palmada en la cabeza o una mano en la suya de un fantasma. No pudo.
Pero su padre se había vuelto más y más ocupado, y más viejo, hasta el punto en que apenas tuvo tiempo para los problemas que Toritsuka causó.
