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LA SANTA DE LA ESPADA QUE ROMPE EL CIELO

-No puedo volver ahora – admitió Dokja mientras observaba los daños sufridos por la muñeca del cuerpo simbólico de Uriel.

-Ya veo – respondió el regresor decepcionado pero no sorprendido – entonces ¿vas a participar en la Selección del Rey Demonio?

-Así es. Yo... lo siento por los miembros del grupo, pero tengo que conseguir una historia gigante aquí... esta es la manera en que puedo prepararme para los futuros escenarios de destrucción.

-No es una mala idea – admitió el regresor mirando a Kim Dokja fijamente.

-¿Y tú? ¿Qué es lo que vas a hacer?

-Voy a quedarme en el Mundo Demonio por un tiempo. Hay un escenario personal aquí, así que no puedo irme de inmediato.

-¿En realidad? Pues si no te importa ¿por qué no me ayudas?

Al verlo otra vez hablar con tanta ligereza y hacer una propuesta tan seria con su típica sonrisa descarada, Yoo Jonghyuk en verdad tuvo que concentrarse para que su alegría no se reflejara en su rostro.

-Me estoy ayudando a mí mismo, no a ti – respondió y aunque no mentía, la verdad es que era agradable saber que el escenario que buscaba completar también le resultaría de utilidad a su compañero.

-Tú... ¿también piensas participar en la Selección del rey Demonio? – comprendió el otro mirándolo con los ojos bien abiertos.

-Es natural.

-Pero ¡espera! Me dijiste que volviera a la Tierra...

Lo dijo con tono acusador y Yoo Jonghyuk se volvió a la ventana para que no lo atraparan sonriendo.

Realmente no había esperado que Kim Dokja se fuera a la banca mientras él hacía todo el trabajo en un escenario de este tipo pero bueno, ¿él hizo la oferta, no?

En ese momento pudo sentir un cambio en la atmósfera que borró su buen humor.

-Ellos vienen – advirtió llevando la mano hacia su espada.

La mujer y el hombre que se habían estado haciendo cargo de Dokja entraron corriendo en ese momento mientras el bebé Dokkaebi soltaba un "Baat" que sonaba como un chillido.

[La constelación Fundador de la Humanidad está mirando el Complejo Industrial Yoo Jonghyuk]

[La constelación El Último Faraón está mirando el Complejo Industrial Yoo Jonghyuk]

[Las constelaciones de ciertas nebulosas miran el Complejo Industrial Yoo Jonghyuk]

De entre las estrellas que centelleaban en el cielo, una de ellas dejó un intenso estallido de luz y chispas y momentos después una momia gigante con una corona en la cabeza se materializó en la entrada del complejo.

-Supongo que han venido a protestar – comentó sin poder contener el odio que lo llenaba al identificar a una de las constelaciones responsables de que en ese escenario su espada se hubiese forzado dentro del corazón de su compañero.

[¿Quién es el nuevo maestro del complejo industrial?]

-Es una constelación de papiro – murmuró él mientras Kim Dokja se unía a su lado en la ventana.

-Si es el Último Faraón ¿probablemente sea esa mujer?

Joder, ¿por qué ese tipo era tan bueno identificando a las malditas constelaciones?

[¿Quién es Yoo Jonghyuk?]

-Mmm... Yoo Jonghyuk ¿puedes ganar?

No había un solo rastro de nerviosismo en la voz de Kim Dokja cuando hizo la pregunta y él mismo tuvo que admitir que había echado de menos esa molesta arrogancia.