Siempre

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Las tías Giorgia y Gina habían conocido a Harry, cada una a su manera. Mientras Giorgia se adentró en su mente en una de las reuniones en las que tomaron el té, Gina lo integró al quehacer doméstico, pidiéndole que ayudara con la cena y pidiéndole su opinión para los vestidos diarios que usaba.

Harry agradó a las tías hasta el punto de ser presentado frente al aquelarre del pueblo.

Las personas se sorprendieron al saber que Louis, primeramente era gay, y segundo se había casado con un mortal, y no por la ley del señor oscuro, sino por la ley de los hombres. No sabían si quiera si era un matrimonio válido. Pero en general a nadie le interesaba con quién durmiera cada bruja o brujo, o qué hiciera cada uno con su vida.

Harry no podía creer todo lo que estaba viviendo, despertarse al lado de Louis era lo más bonito que le pasaba cada día. Pero Louis era un brujo y aunque no tenía sexo algunos día a las tres de la madrugada, él notaba que Louis no tenía esas pecas que le salieron cuando estuvieron en la tina y le pidió sangre. Y tampoco él le había entregado su sangre. Pensó que de seguro Louis le estaba ocultando las cosas que hacía y no sabía si quería saberlas.

¿Cuál sería su destino como esposo de un brujo?

Louis por otra parte pensaba en cuando ambos murieran irían a lugares muy diferentes. Pensaba en que tal vez debía borrar la memoria de Harry, hasta el día antes de conocerse. Y sus tías dijeron que era una pésima idea, que si bien no iba a recordarlo a él, iba a recordar todos los sucesos relacionados con ellos dos y seguramente Harry terminaría en un psiquiátrico.

Luego pensó que podría suicidarse junto a Harry, que de es manera ambos irían al infierno. Pero la sola idea de que Harry se quitará la vida le retorcía el estómago.

Podía ir al infierno y pedirle a satán, rogarle que robará el alma de Harry para conservarla en lo profundo del Averno. Pero el señor oscuro no tendría tiempo para él, un brujo sin importancia.

Esos pensamientos lo volvían loco constantemente. Harry era un alma inocente que le dió de beber su propia sangre. Se iría al cielo y nunca más podría estar juntos. Solo tenía una vida con él. La vida que le podía dar un mortal.

—Toma amor —la voz de Harry lo volvió a la realidad. Le tendió un té como a él gustaba.

—Gracias.

—¿En qué piensas?

—En que nos iremos a lugares muy diferentes cuando lleguemos a morir.

—Tú no morirás.

—Puedo morir, si dejo mis formas de mantenerme joven.

—Será divertido follarte, sintiéndote como un adolescente, cuando yo tenga unos cuarenta.

—Bueno pues, no se siente así para mí, y tengo 450 años.

La cara de Harry palideció unos tonos. Le iba a decir algo, pero las tías aparecieron.

—Vamos al pueblo chicos —habló Gina
—¿quieren algo?

—Quiero manzanas confitadas —dijo Harry, totalmente absurdo.

Y ambas mujeres salieron de la casa. Inmediatamente Harry se abalanzó sobre Louis en el sillón.

—Eso que dijiste me calentó mucho, vamos conviérteme en un viejo de cuarentena.

—Eres ridículo Harry.

—Bueno, entonces déjame cargarte a la habitación y follarte, desde que estamos aquí, no me has dejado escuchar tu gemidos.

—Sabes que es por mis tías —dijo Louis dejándose cargar por el rizado hasta su propia habitación.

Las prendas de ropa terminaron en el suelo, y Louis en la cama con Harry sobre él y entre sus piernas. Los besos que le dedicaba el de piel blanquecina estaban cargados de excitación y saliva.

El rizado siempre lo preparó tan bien, que nunca necesito de un hechizo de lubricación o algo por el estilo.

Así que cuando Harry dió el primer empujón dentro suyo, sus uñas se clavaron en la espalda de este. Y, tal como Harry le pidió, gimió tanto que pensó que hasta en el Inframundo lo escucharon.

Y Harry tampoco fue menos, tras cada estocada dejaba salir gemidos profundos que rebotaban por toda la habitación.

El techo de la habitación hoy tenía tintes anaranjados, comenzaba a oscurecer y los ojos de Louis tomaban ese mismo tono. Harry estaba tan enamorado de su brujo y tan concentrado en hacer gemir a Louis, que no se dió cuenta cuando esté derramó su escencia en ambos abdominales. Contempló el rostro de Louis y se dejó llevar en hacia su propio orgasmo, salió del chico y siendo totalmente consciente, con sus dedos abrió la boca de Louis y llevó su hombría al rostro de este. Masturbándose y llegando en el rostro angelical del de ojos azules.

El pequeño no se quedó atrás frente a esta acción y abrió su boca lo más que pudo, sacando su lengua y saboreando el semen de sus esposo.


🫣

To Hell -Especial Halloween (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora