Yo no ví nada...
—Bien, joven Ta-ki. —el oficial se sienta en su lugar después de haber cerrado la puerta de la oficina, mirando con atención al japonés que parecía más que nervioso en su lugar. —¿Qué relación tenía con Kim Daniel?
Ta-ki, quien no levantaba su vista del suelo y tenía sus manos cubiertas por su gran suéter, empezó a negar. —No éramos cercanos... —murmura, jugando con sus manos, casi abrazandose a si mismo. —Íbamos en salones diferentes. —dice, como si hubiera memorizado esas palabras.
El oficial mira con atención al japonés. —Lo noto muy nervioso ¿Acaso oculta algo?
Ta-ki vuelve a negar, aún sin mirarlo. —No hablo mucho con las personas.
—¿Y eso lo pone nervioso?
Ta-ki asiente.
—Aún así, debe hablar en esta ocasión. —insiste el oficial. —Sólo estamos los dos, nadie te escuchará.
Esas palabras se clavan en la mente de Ta-ki, haciéndolo ensimisarse en si mismo. Recordándolo todo, haciendo que empiece a temblar mientras se abrazaba y su respiración de aceleraba. —No... —susurró.
El oficial lo miró extrañado por su comportamiento, y en cuanto intentó acercarse para preguntar lo que sucedía, Ta-ki se hizo pequeño en su lugar.
—¡No! —alza un poco la voz, y el oficial puede notar que parecía apunto de llorar. —Por favor... no se acerque.
El hombre alza sus manos y regresa a su posición, mirando cómo Ta-ki trataba de calmarse a si mismo. —Bien, pero tiene que hablar.
—No sé nada. —solloza. —No sé nada.
—Ta-ki...
—No sé nada. —empieza a llorar, subiendo sus piernas a la silla y encerrandose en si mismo. —No sé nada.
...
Sus manos temblaban mientras caminaba con la cabeza agachada por la escuela, sintiendo miedo hasta de su propia sombra.
No podía alzar la cabeza, tampoco podía caminar como se debe.
No después de lo que escuchó el día anterior.
Sabía que aquel chico no era el primero, y sabe que, lamentablemente no será el último.
Lo sabe porque él fue uno de esos.
Uno de esos que gritaron por ayuda. Uno de esos que hicieron hasta lo imposible para ser liberado.
Para ser escuchando.
Y al igual que el resto. No fue escuchado.
Convirtiendose así en una marioneta más de Nishimura Riki.
Ni siquiera recuerda la última vez en la que entró a la escuela con su cabeza en alto y una confianza que casi nadie poseía.
Tal vez por eso es que atrajo a Ni-ki.
Porque a Ni-ki le encantaba arruinar a las personas como lo hizo con él. En especial a los que parecen vivir una vida estable.
Todas las noches se tiene que despertar con el miedo de que esté ahí. O por las pesadillas de que vuelve ocurrir. Todas las noches son un infierno, y aún más los días en los que debe ir a la escuela y verlo a la cara con esa sonrisa que lleva a todas partes.
Puede notar a cada chico y chica que Nishimura rompió por su comportamiento. Puede notarlos porque son igual a él.
Su cabeza siempre viendo al suelo.
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room 12 | iland
FanfictionEllos saben lo que sucedió en el salón 12. -Esta es una adaptación, la historia original es de @PanesitoYo, créditos correspondientes a ella. -Temas fuertes. -Cambio de edades. ¡ ¡ RANKINGS ! ! 04/09/21 - #1 ta-ki 15/09/21 - #6 niki 04/11/21 - #9 e...