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La boda se llevaba sin contratiempos, mientras tanto, no hubo votos matrimoniales, no hubo un beso, pero en cambio ahí estaba, un hermoso contrato que los beneficiaba a ambos a subir su economía, hacer tratados, hacer más comercio, entre otras cosas.

Hubo pastel y música, el pequeño estadounidense fue obligado a usar un traje de bodas chino para mujer, como se había acordado, el hermoso color rojo le quedaba bien gracias a las partes blancas que tenía en el cuerpo.

Pero había algo, oh más bien alguien en las bancas viendo toda esa ceremonia con un profundo odio, mientras veía cada movimiento, cada gesto, cada tic nervioso hasta el final.

Se levanto y siguió a la pareja de recién casados, se suponía que ahora seguía la "Luna de Miel", que como cliché de cualquier película se llevaría a cabo en un lujoso hotel de Dubái.

En el transcurso del camino USA iba mirando por la ventana con sus lentes negros, en la ceremonia lo obligaron a quitárselos, más nunca abrió los ojos, gracias a lo cual, tuvo que sostenerse del asiático para no terminar con la cara estampada en el piso.

China estaba extrañamente satisfecho, su traje igualmente chino le traía orgullo, tuvo un contacto inusual a Estados Unidos ignorando las verdaderas causas de aquello; Bajaron del coche y subieron a un avión privado que tenía el norteamericano.

Iban acompañados de escoltas y estos los mantenian lo mas cerca que podian, los encerraban en un lugar sin salida con música romántica y copas de vino como si eso fuera a hacer que perdieran su odio de la noche a la mañana para empezar a ser amantes.

China finalmente cansado por el silencio del estadounidense que se mantenía bebiendo una de las copas que habían traído mientras escribía en el celular con total indiferencia decidió tomar la iniciativa.

China- ¿Qué te pareció la ceremonia? No pudiste ganarme, la hicimos a mi manera -Comento de manera orgullosa ignorando que no era el mejor tema de conversación-

USA- Ugh, ese molesto vestido es completamente horrendo, tengo que alzarlo, casi me caigo porque llegaba hasta mis pies y más a parte me pusieron unos zapatos todos raros -Se quejo sin dirigirle la mirada- Obviamente una boda católica era mejor, aunque no creo que cambiara mucho para mí, de igual manera tendría que usar un estúpido vestido -Soltó un chasquido molesto-

China- Vamos que no es tan malo, es un lindo vestido, mis tradiciones son geniales

USA finalmente le dirigió la mirada y sin que el chino le viera los ojos sabía que tenía una cara de desaprobación.

USA- Como digas -Sin más, la plática quedo ahí y el de lentes negros regreso su vista al teléfono-

El tiempo restante hasta llegar al destino transcurrió en absoluto silencio, con un Chino tratando de empezar de vez en cuando conversaciones que no llegaban a ningún lado y duraban menos de un minuto.

"Por Dinero y Familia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora