3- El fantasma

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*al fin había llegado aquel día,mejor dicho aquella noche que disfrutaba tanto. El Halloween ,aunque no era una tradición típica de mí país , siempre había sido mí celebración favorita ya que básicamente me daba excusas para hacer dos cosas que amaba, comer caramelos gratis y hacer bromas.

Mí plan de acción era simple,usar un disfraz muy básico,conseguir todos los caramelos posibles y hacer unas cuantas bromas.

Así fue como llegó la noche del 31 de octubre, me puse ropa oscura ,un cuchillo de plástico y una máscara de Jason (el slasher de viernes 13), un disfraz algo típico pero que me quedaba genial debido a mí tonificado cuerpo.

En el barrio era todo un bully, era de los chicos más altos y más fuertes,por lo que prácticamente podía hacer lo que quiera.

Apenas salí de mí casa,me encontré a un chico de mí clase, el joven Louie Evans ,este era rubio,bajito y con unas nalgas bastante grandes para su pequeño tamaño.
Louie iba con un tierno disfraz de vampiro,acompañado con un par de amigos y llevando una bolsa que parecía tener unos cuantos dulces,los cuales me llamaban.

Allí fue cuando estuvo claro lo que tenía que hacer, caminé hacia louie hasta ponerme frente a el,mirándolo firme detrás de mí máscara*

X:

Dame todos sus Caramelos vampirito...

Dulce o truco

*Louie retrocedió*

Louie:

¿Q..que? No, son míos...yo los conseguí...

*Solté una risita*

X: eliges truco? Ok...

*Entonces salté hacia el rubio, rápidamente le baje los pantalones hasta los talones dejando ver sus calzoncillos de patitos, segundos después fui hacia su ropa interior y tomé su elástico por detrás,para finalmente jalar con mucha fuerza,levantando a louie del suelo y enterrando su ropa interior entre sus regordetas nalgas pálidas.*

Louie: AHHHHH!

*Sonriente,decidí colgar mí obra,enganchando la ropa interior de louie a un árbol,mirando unos segundos su culito pálido,dándole una nalgada.
Los amigos de louie tenían tanto miedo que no podían ayudarlo*

X: mira...ahora vuelas como un vampirito...
Tu disfraz está completo!

*Tomé su bolsa de dulces y me fui riendo por lo sucedido.
Así fue como transcurrió la noche, fui a algunas casas ,lancé unos cuantos rollos de papel higiénico y le robé a unos cuantos chicos de mí edad...a uno lo obligué a dar saltitos con un wedgie atómico puesto y a otro lo hice correr en calzoncillos.
Para entonces,tenía una gran bolsa llena de dulces...pero aún no estaba satisfecho... Tenía en mente ir a un sitio más.

En el barrio había una casa que destacaba de todas, esta era bastante grande, era prácticamente una antigüedad tétrica en la que vivía un anciano muy misterioso el cual,según todos decían,tenía demasiado dinero.
Entonces para mí fue lógico,si el anciano tenía dinero,seguro había comprado muchísimos dulces, era el premio gordo.

Así fue como me paré frente a aquella casa enorme,la única casa la cual era evitada por todos los niños,ya que habían rumores de que aquel señor que vivía allí era un brujo ,asesino, monstruo, etcétera
Avancé lentamente hacia la puerta de la casa y,luego de tragar saliva di dos golpes que sonaron secos en aquella antigua madera.

Silencio. No podía creer que la casa esté vacía,se suponía que aquel viejo nunca salía, entonces si dos golpes más en la puerta,más rápidos para marcar que no tenía mucha paciencia.
Entonces,una voz suave y áspera sonó del otro lado:

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