¿Qué estaba pensando aquel chico al darme a pagar la cuenta de los cafés? ¿Acaso no sabía que yo no tenía dinero? Eso no era nada romántico. Ahora tendría que buscar la forma de llegar hasta mi casa. Espere veinte minutos a que pasara un taxi pero nada y yo ya estaba empezando a congelarme bajo la lluvia, me trate de refugiar en algún lugar pero no había ninguno— envidiaba a las personas que estaban calientitas en sus casas mientras yo me moría de frío—.
La suerte al fin se puso de mi lado y vino uno que estaba vacío y de inmediato lo pare.
— ¡Pare! — digo muy fuerte que las personas se me queda viendo, el chofer abre la puerta— ¿Cuánto me cobraría por llevarme a la Avenida Washington en Manhattan?
— Bueno pues eso queda muy lejos de aquí eso y contando con la lluvia que hay serían como ochenta dólares mínimo.
— ¿Mínimo? No me llevara hasta Los Ángeles solo hasta Manhattan, ¿no cree que ochenta dólares sea un gran precio?
— Oye niña si quieres esperar a que está lluvia aumente entonces quédate aquí porque yo no te estaré rogando.
— ¿Sabe qué? Mejor espero a otro taxi donde el conductor no sea tan idiota— digo y cierro la puerta tan fuerte que un vidrio se rompe al cerrarla.
Yo me quedo con mi cara de susto porque la verdad es que no quería romper su ventana solo darle a entender al conductor que estaba enojada pero debí de cerrarla muy fuerte. Definitivamente no es mi día de suerte. Ahora sé lo que sienten los pobres al no tener dinero.
— Tienes que pagar por eso— dice el chofer tan impresionado como yo.
— Pero yo solo tengo veinte dólares— digo porque así es en realidad.
— Dame lo que tengas.
Le doy los veinte dólares que tengo y me quedo sin dinero.
— También dame ese teléfono— dice refiriéndose a mi teléfono que ya no sirve.
— Claro, tenga mi teléfono. Este si cuesta mucho así que nuestra deuda ya está pagado. ¿Ahora me puede llevar en su taxi?
— No— dice y acelera el motor llevándose mis veinte dólares y mi celular descompuesto. Me pregunto cuál será su reacción cuando sepa que no sirve.
¿Ahora qué demonios voy a hacer? ¿Cómo llegare a mi casa si no tengo dinero para pagar un taxi ni celular para llamarle a alguien? ¿Tendré que ser una mendiga pidiendo dinero para hablar a un teléfono público? ¿Tendré que ser una mendiga el resto de mi vida?... Esperen… ¡El teléfono del chico sexy! Olvide que lo tenía en mi bolsillo. Puedo llamar a Caroline contando con que ella ya haya llegado a casa. Saco el teléfono de mi bolsillo esperando a que no esté descompuesto por la lluvia. Cuando lo saco soy la persona más feliz del mundo porque veo que sigue funcionando. Marco el número de Caroline muy rápido y luego de la segunda señal descolgó.
— ¿Hola? ¿Quién habla?
— Hola, Caroline soy Valerie. Estoy en la parada de taxis cerca de la librería A & B Books, necesito que vengas por mí ya que yo no tengo suficiente dinero para pagar un taxi. Ven rápido antes de que la lluvia se venga más fuerte.
— ¿Por qué estás en una librería? ¿Por qué no tienes dinero? ¿Y por qué estás tan lejos?
— Te diré todo eso cuando vengas por mí.
— ¿Y por qué debería ir por ti?
— Porque si no lo haces le diré a mis padres que guardas marihuana debajo de tu cama y que ahora mismo tú novio está contigo en la habitación y estoy segura de que no simplemente se estaban besando, ¿cierto?
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Las Desventajas de Amar
RandomValerie Collins cree que es perfecta. Tiene el novio más apuesto del colegio, es bonita, popular, tiene las mejores notas de su clase. Al menos eso creía hasta que en una fiesta descubre a su novio siendole infiel y es entonces cuando su mundo se vi...