Prólogo

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Bagdad-Irak

En una noche fría un grupo de magos daba instrucciones a los trabajadores de un almacén, este contenía los escombros de arquitectura antigua que presuntamente fue destruida por un desastre natural. El maestro de estos magos daba un paso adelante.

"¿Así que estos son provenientes de Grecia?"

Los trabajadores, aterrorizados, asintieron. Esos restos de hormigón, roca y madera supuestamente deberían provenir de Grecia, pero algo no cuadraba, parecía muy moderno como para ser reliquias, como para ser catalizadores...

Uno de los magos habló.

"Señor Douman, estamos listos para transportar los escombros."

Douman los detuvo, se acercó al cargamento y tomó uno de los escombros.

"Esto no es de Grecia."

Claramente los restos no provenían de Grecia, ni siquiera eran antiguos, parecían una construcción común de la actualidad, pero ¿por qué estaría esto aquí?

"¡Maldita sea!"

Douman lanzó el ladrillo al suelo y miró a los trabajadores, furioso les recriminó.

"¿¡Qué es esta basura!? ¡Les dije que quería los pilares del Templo de Artemisa! ¡Pero vengo y me traen una casa común!"

Los trabajadores se miraron estupefactos, tomaron una cámara y la encendieron, buscando algo parecían haber encontrado lo que los salvaría de una muerte segura a manos del mago anciano.

"Mire esto, sin duda teníamos los pilares."

Tenían pruebas fotográficas de ello, pero los pilares no estaban aquí, no tardó mucho para que uno de los magos acompañantes, un hechicero principiante llamado Joshua, advirtiera a Douman de algo.

"Señor... el ladrillo está..."

Douman se dió la vuelta y presenció cómo el ladrillo que acababa de lanzar al suelo volvía al lugar de donde lo sacó, quedó con la boca abierta al presenciar este fenómeno. Mirando más de cerca pudo ver cómo varios escombros tenían formas anómalas, como si hubiesen sido retorcidos por una fuerza extraña, movidos de un lugar a otro por algo desconocido.

Una sonrisa apareció en el rostro de Douman, el cual exclamó.

"Hagan el círculo mágico. Haremos la invocación aquí mismo."

"¿Qué es exactamente lo que queremos invocar señor Douman?"

Preguntó Joshua. Douman se molestó y replicó.

"No te traje para hacer preguntas mocoso. Solo haz el círculo."

La anomalía de los escombros parecía moverse, retorciendo los ladrillos a formas en las cuales sería imposible no romperlos, pero estos se mantenían en una pieza.

"Ya veo, no son los ladrillos los cuales se tuercen así, sino el mismo espacio... ¡JAJAJA! ¡Quiero ver qué saldrá de esto!"

Los magos comenzaron a realizar el círculo, Douman trajo a los trabajadores dentro del mismo y apuntó su dedo hacia ellos.

"Espere, Douman qué significa esto."

"¿No lo ves? eres el sacrificio para traer a mi sirviente."

Una bala mágica salió de su dedo y atravesó el cráneo de cada uno de los trabajadores, la sangre comenzó a revestir el círculo de tiza, comenzando a brillar en un color rojo. Douman se sacó el guante, tres hechizos de comando se hacían presentes. Uno de los sellos se consumió y la energía mágica comenzó a arremolinarse alrededor del círculo. La tierra tembló, el viento se enfureció y la presión aumentó. Douman comenzó a recitar

"El viento enfurece mientras tu rostro aparece.

Donde el mundo yace en pedazos a tus pies.

El fuego y la tormenta y la nieve y la niebla.

Luchan dentro de mí, ayúdame a superarlos.

Me veo en tus ojos incoloros.

Visiones pasan y las emociones me atraviesan.

Luchan contra mí

¡Ayúdame a combatir contra ellos!"

Douman comenzó a ver la silueta del sirviente que estaba invocando, sus ojos se abrían cada vez más para admirarla, comenzó la parte final del ritual.

"¡Princesa mía, viva usted, viva usted!

¡Sus movimientos perfectos son!

¡Altera, Altera cantaremos sin fin!

¡Aprisionadas nuestras voces en ti!"

Una luz cegadora apareció, los magos se sintieron obligados a arrodillarse y recitar...

"¡Viva nuestra princesa! ¡Una y otra vez!

¡Altera, Altera cantaremos sin fin!

¡Aprisionadas nuestras voces en ti!"

La presión obligaba a todos a mantenerse arrodillados y con la cabeza agachada, una demostración abrumadora de carisma por parte del sirviente invocado, esta dió un paso adelante. Sus tacones sonaban en toda la sala, su cabello brillaba, sus ojos eran como soles. Su figura parecía una figura tallada por los dioses. Y su voz... parecía una canción cantada por los mismos ángeles...

"Pueden levantarse"

Todos levantaron su rostro a la orden del sirviente. Su belleza deslumbraba, claramente no era un tipo de mujer que pudiera existir en este mundo.

"Deberían estar sumamente orgullosos de que basura como ustedes hayan invocado a una princesa como yo. Así que díganme, ¿quién es mi maestro?"

Douman volvió a agachar la cabeza y respondió.

"Princesa mía, viva usted."

La sirviente se acercó al mago, lo observó y dijo.

"Soy la princesa Altera Guinevere de Falang, Clase Rider. Pero a pesar de que tu seas el maestro, yo soy quien dará las órdenes aquí, ¿todos aquí entienden?"

Todos asintieron y el contrato fue realizado, el último sirviente de clase Rider había sido invocado, y así la guerra daría comienzo.

Fate/Otherwordly War (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora