Dos

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Lo único que le faltaba a Kamal para arruinar su inicio de semana era volver a tener aquel estúpido sueño donde recordaba todo el tiempo que estuvo con quién fue su mejor amigo, Choi.

Bufó con desgano, no quería asistir a la escuela, sería el primer lunes sin ir con Soobin, por más que el no quisiera sentirse culpable su lobo no lo dejaba sencillo pues chillaba y le pedía su reconciliación con el pelinegro.

Pero no, bastante humillación le bastó y le sobra.

Se arregló de prisa, pues se le hizo tarde. Solo tomó algo de dinero para comer, sin embargo, no tenía apetito.

Besó a su madre en la mejilla y salió corriendo antes que preguntara por qué Soobin no pasó por él como siempre.

Cuando llegó a la escuela se detuvo de golpe, sus ojos se aguaron al percibir el olor de Soobin y no poder ir abrazarlo. El lobo del Omega arañaba su ser mientras pedía seguir el aroma a roble y cacao que tanto extrañaba.

Camino cabizbajo hasta su salón, no podría enfrentarse a su lobo para no ir detrás de Choi si lo miraba. Aún que odie admitirlo es débil ante el contrario.

Para su mala suerte chocó con alguien, el impacto hizo caer las lágrimas que nublaban su vista dejándole ver qué chocó con la misma persona que debía evitar.

En la mirada de Soo percibió tristeza, pero cuando echó un vistazo a sus amigos cambio a desprecio.

-Fíjate, inútil — Le dolió recibir ese insulto, pero más le dolió al azabache decirlo.

 El Omega camino con prisa al baño para encerrarse en un cubículo y tranquilizarse.

Su lobo se rindió, pues también salió herido ante esas palabras, ahora el olor que asociaba con seguridad le atemorizaba.

Se lavó la cara, no fingirá una sonrisa pues su aroma lo delata, entró a su clase buscando distraerse.

Sin percatarse de una mirada que no lo perdía de vista.

Su nueva debilidad era el patio donde podría encontrarse con él, pues los recuerdos destruyen. Tomó asiento en una banca alejada de todos, sin querer permitió que su aroma destilara todo su dolor.

-¿Por qué estás triste? — se asustó un poco por la sorpresa —. Realmente no me importa, solo confirma mi teoría, ¿Tú pareja te dejo?

El menor analizó al contrario antes de responder, después de su análisis descubrió que es un Alfa y que va en su clase, solo no recuerda el nombre.

Respondió con un seco “no”.

-Bueno, ahora me intriga… — Se sentó junto a él —. ¿Qué le quitó la sonrisa al chico que reía a carcajadas?

-Perdí a mi mejor amigo… Bueno yo lo alejé, pero él no era el mismo.

El contrario arqueó las cejas.

Qué corazón tan noble debe tener para que eso le afecte— pensó el extraño.

-Te seré sincero, yo le pedía a la luna porque te callaras y dejarás de sonreír, pero ahora me arrepiento.

El castaño lo miró con una mueca, pues su comentario fue cruel.

-Si lo querías tanto como parece no lo hubieras alejado si no fuera grave… Pero seguro no te merece si te hirió.

Aquel chico realmente estaba buscando consolar a Huening a pesar de no tener idea de cómo se hace.

Pasaron un rato conversando acerca de la tristeza de nuestro Omega, hasta que llegaron a la conclusión de qué “Si alguien te hace daño no te merece, debes dejarlo ir”.

Celo con el enemigo 𖦹Sookai𖦹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora