Starborn Café

Capítulo 17: Salvador

Todos estaban listos para salir del avión antes de aterrizar correctamente. Thor miró a Steve cuando el soldado puso su mano sobre el hombro de Thor, y el Capitán América asintió con la cabeza al Dios del Trueno.

"Lo encontraremos, Thor", dijo Steve con total certeza. "Wayne conoce el camino al castillo. Hemos informado a Fury y los refuerzos están en camino. Lo encontraremos y lo salvaremos. Lo prometo".

Thor tragó con dificultad apartando la mirada de su amigo. "Debería haber estado allí", apretó entre dientes. "Si tan solo ..."

"Nada garantiza que tu presencia haya cambiado algo", lo interrumpió Clint y Thor frunció el ceño. "Por lo que sabemos, ambos podrían haber terminado como prisioneros, y entonces, ¿qué haríamos?"

Los labios de Thor se estiraron en una delgada línea. Sabía que Clint tenía razón; Sin embargo, eso no lo hizo sentir mejor.

"Vamos", dijo Wayne para romper el silencio. "Aterricé un poco fuera de la ciudad. Si confiamos en el sigilo y tratamos de mantener el elemento sorpresa durante el mayor tiempo posible, deberíamos llegar al fuerte en un día".

Todos asintieron con la cabeza. No les gustó, pero sabían que mientras tuvieran el elemento sorpresa, sus posibilidades de salvar a Haruven y salir de allí con vida eran mayores.

"Vamos." Dijo Thor. Todos asintieron y se pusieron más altos.

Su amigo los necesitaba.

No fallarían.

Corte

Gruñó al tropezar y la herida de bala en el costado le recordó su presencia. Se separó de su equipo cuando la misión salió mal y estaba solo. Esto era lo que más temía cuando trabajaba con agentes muggles de cualquier agencia.

Sabía que le temían más de lo que realmente lo respetaban. Por un lado eso estaba bien; no necesitaba preocuparse de que ellos no lo escucharan. Por otro lado, eso significaba que lo abandonarían instintivamente en el momento en que la mierda golpeara el ventilador, porque estaban convencidos de que podía tomar todo solo. Si bien no había duda de que podía, no necesariamente significaba que debería hacerlo. Si fuera tan fácil, trabajaría solo todo el tiempo. Le ahorraría la molestia de salvar el trasero de un idiota ensimismado y confiado en sí mismo. También le evitaría la molestia de tener que demostrar su valía ante todos una y otra y otra vez.

Después de un tiempo, se volvió bastante molesto.

Peleó demasiadas malditas batallas, fue a demasiadas misiones prácticamente suicidas, para verse obligado a sufrir que algún idiota cuestionara su autoridad y conocimientos.

Esta vez no fue diferente.

Se suponía que iba a ser una misión sencilla. Se suponía que debían infiltrarse en una base neonazi en el norte de Alemania, ocuparse de los malditos extremistas, destruir todos los datos y salir de allí. Todo habría estado bien si sus ojos y oídos en el campo, su Handler, no se hubieran quedado dormidos frente a las pantallas. No les advirtió que iban directamente a una maldita trampa.

Por supuesto, la mierda golpeó el ventilador antes de que pudiera decir 'Quidditch'.

Abrieron fuego, y basta decir que la mayoría de sus compañeros perdieron la cabeza. Solo su experiencia salvó la mayor parte de sus vidas, hasta el momento en que uno de los extremistas decidió hacer un truco suicida. Él y otros dos fueron separados del resto del equipo de infiltración, con el resto de los extremistas justo al lado de los tres.

Por supuesto, los extremistas abrieron fuego de nuevo. Sacaron a uno de sus compañeros de equipo, mientras él tiraba del otro detrás de él para protegerlo, solo para ganarse esa herida en el costado por sus esfuerzos cuando el idiota trató de devolver el fuego solo para que la bala rebotara en el lado interno de el escudo, y se incrustó obstinadamente en su costado. Como si eso no fuera suficiente, el idiota disparó otra bala, que por suerte lo mató.