Odio esto, este dolor en mi pecho, el hijo de puta es persistente. últimamente todo mi sentir se basa en el dolor y ojala fuera físico.
Dejo el ramo de flores sobre la lapida y saco uno de los trapos que traje y lo humedezco con agua, le doy un par trapasos a la lapida hasta que queda casi limpia. esto es una estupidez, el ya no esta, no sirve de nada venir todos los malditos días y traerle flores, el ya no ve, ya no siente...pero eso no me a impedido venir aquí como siempre, por alguna razón mi cuerpo no hace caso a mi mente y mis pies terminan pisando el cementerio.
Me pregunto que estaría haciendo el, tendría un trabajo? cual seria? tendría novia? aun diría chistes igual de malos? seria igual de estúpido? Igual de enfadoso? igual de noble? sin duda podrían a ver pasado años pero su nobleza no se iría, es algo que siempre admire de el, a mi hermano lo caracterizaba esa nobleza aunque yo muchas veces creía que su nobleza era su justificación para la estupidez, tuvo que irse para que yo viera esa parte de el que le haría tanta falta a este mundo, gente noble es lo que se necesita aquí.
Asi que el mundo y yo maldecimos tu perdida hermanito-susurro con crudeza- mi estúpido noble.
le doy una gran calada a mi cigarrillo aunque yo lo llamo mi amuleto, cuando dices amuleto la gente piensa en algo que te da suerte o te protege de algo y eso es lo que hace mi querido y fiel amuleto, me protege evadiendo y distrayendo el dolor y sinceramente creo esperar que en algún punto me enferme por fumadora compulsiva y muera, es eso estúpido?
evadir es mejor que sentir pienso, pero eso es solo otra mentira que me cree para justificar mis heridas, no es mejor solo hace que la bolita crezca y crezca y te persiga hasta que un dia solo te aplasta, es irónico como cabamos nuestras propias tumbas, tumbas de vida. suelto una pequeña risa por lo tonto que suena esa frase.
Odio que ya no estes, te lloro, te sufro y tu ni siquieras puedes sentirlo, odio que ahora solo seas una memoria más, mereces mas que eso, lo merecías. Estoy tan enojada tanto que aveces me siento como una niña chiquita que quiere chillar y patalear, patética.
Recorro el cementerio viendo las lapidas de los que alguna vez estuvieron y ya no están, camino hasta encontrarme con una lapida que tiene sobre ella unos par de centavos, una carcajada seca sale de mi boca.
Es como si me siguieras a todos lados- digo con algo de emoción y nostálgica, le doy una ultima calada a mi cigarrillo y lo tiro al suelo pisandolo al momento.
El estúpido solia a ahorrar esos centavos, llenaba un cerdito de alcancia que yo le habia regalado para luego pagar con ellos en el abarrotes de la esquina de mi casa, mi hermano amaba molestar a la señora Carmen del abarrotes que siempre se peleaba con caja registradora para encontrar cambio.
Por lo menos una vez por semana el llevaba su alcancia de cerdito a la tienda y escogia lo que fuera solo para molestar a carmen, la cual desde que lo veia entrar a su tienda gruñía como si la peor de las pestes hubiese entrado a su querida tienda, y para el estúpido eso era como musica para sus oídos. Sonrio inconscientemente al pensar en aquello.
Quien diría que la señora carmen pegaría unos de los centavos que le dio mi hermano a su caja registradora, tiene una pequeña fila de centavos pegada con silicon en el mueble donde cobra, nunca le mostré que lo habia notado pero cuando lo vi recuerdo como mi pecho dolió.
Acaricio la pequeña moneda mientras los recuerdos vienen.
No vayas a quitarle la mesada a mi abuelo, Porfavor- dijo una voz varonil y juguetona, enarqué una ceja y lo miré
Era un chico alto, tenía el pelo castaño levemente despeinado, tenía unas cejas gruesas y ojos cafes muy oscuros, una mirada dura al decir verdad pero una sonrisa hermosa donde se le marcaban unos hoyuelos en las mejillas, era musculoso aunque no tanto y una piel que se notaba clara pero levemente bronciada, y además de tener una nariz tosca debo admitir que se veia bastente bien en su cara, era guapo el chico.
