Sophie Reid se encontraba esperando al profesor Sloghorn en el salón de posiciones, le había dicho que quería hablar con ella y la citó a las 3:00 pm.
Ya habían pasado 10 minutos y el profesor aún no llegaba, para ella la puntualidad era algo muy importante y no soportaba que las personas lleguen tarde, si ella llegaba a tiempo, esperaba que la otra persona hiciera lo mismo.
Justo cuando iba a levantarse y salir del salón, la puerta se abrió y por ella entraron el profesor Sloghorn y James Potter, un chico de Gryffindor con el que comparte dos clases, él y sus amigos casi siempre están hablando en clases y tratando de llamar la atención.
—Señorita Reid, disculpe la tardanza, espero no haberla hecho esperar demasiado— Le comentó el profesor con una sonrisa, mientras se adentraba al salón.
—No se preocupes Profesor— Comentó la Ravenclaw con una forzada sonrisa, que el profesor no notó, sin embargo, el chico a su lado si y le sonrió de una manera divertida.
—De acuerdo, iré al punto Señorita Reid, necesito que le de tutorías al Señor Potter, sus notas últimamente no han sido muy buenas.
—Profesor, ya le he comentado que sólo han sido unas malas semanas, prometo que me pondré al día, le recuerdo que obtuve un Aceptable en posiciones—comenta James con el ceño fruncido.
—Lo siento Potter, pero tomar tutorías le serán de ayuda.
—Disculpe profesor, pero, ¿no hay otra persona que le pueda dar tutorías?
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A Sophie no le agradaba mucho la idea de darle tutorías a James Potter, sobre todo porque lo veía como alguien que no tomaba las cosas en serio y no quería perder su tiempo con él.
—Señorita Reid, usted es una de las mejores de mi clase, por eso la elegí, confío en que usted podrá lograr que el Sr. Potter se ponga al corriente con los temas.
Sophie mira a James, este la mira, y le sonríe nerviosamente.
—Bueno, ¿entonces qué piensan ambos?
—No creo que las tutorías sean necesarias profesor— comenta James
— Yo creo que sí, incluso la profesora McGonagall cree que es necesario señor Potter.
Al escuchar el nombre de su jefa de casa, James queda pálido, sabe que si sus notas bajan McGonagall lo podría sacar del equipo de Quidditch.
James se aclara la garganta y habla.
—Entonces pienso que sí debería tener esas tutorías, pero creo que Reid tiene la última palabra.
Sophie levanta la mirada al escuchar su nombre y ve que tanto James como Slughorn la miran y esperan una respuesta de su parte.
