-Jugando Contigo-
Centavo a centavo, con esfuerzo, ahorro y mucha dedicación Albert había podido al fin juntar lo suficiente para comprarse un Smartphone, aunque fuera uno de segunda. Afortunadamente ya conocía la cantidad necesaria para comprar el dispositivo móvil de sus sueños, sucedía que lo había encontrado en una de los tantos grupos de compra y venta del Facebook.
Todo comenzó por una foto en uno de los susodichos grupos, Albert automáticamente se había enamorado de ese Smartphone, se veía tan elegante en su color negro brillante y bastante nuevo, incluso a Albert le parecía raro que nadie lo haya comprado durante el tiempo que le demoró conseguir el dinero, bueno el sólo se lo atribuyo a su suerte. Todos esos sentimientos encontrados con respecto al Smartphone derivaron en una conversación con el actual dueño del celular en cuestión, quien acepto el trato tan rápido que hasta parecía saber que Albert tenía la intención de comprárselo desde hace mucho, nuevamente Albert se lo atribuyó a su suerte.
Pactaron la hora y fecha para el intercambio y a partir de aquí las cosas se comenzaron a poner raras. Resulta que el día del intercambio fue pactado para el 11 de Noviembre a las 23:00 horas (11:00 p.m.) un poco raro para un intercambio pero aun así Albert accedió. El día del intercambio llego y Albert se sentía ya muy impaciente y había llegado antes de la hora, dieron las 23:00 horas y a lo lejos Albert pudo divisar un hombre de terno, muy elegante, con un portafolio y de avanzada edad que poco a poco se iba alejando de las sombras. Se acercó a Albert, sin decir nada, saco de uno de los bolsillos del saco el Smartphone protagonista de la transacción y se lo entregó a Albert, luego extendió la mano para recibir el pago por el celular, todo el dinero y se dio la vuelta para regresar por donde vino. Antes de irse Albert alcanzo a decirle “Gracias” a lo que el respondió “No, gracias a ti” y siguió su camino con una sonrisa en su rostro.
Ahora Albert tenía el celular con el que había soñado y no tenía nada que envidiarle a sus compañeros de clases y amigos del vecindario. El celular era muy potente, rápido, resistente, pero lo más llamativo de todo era su cámara posterior que para ser de 3 MP sacaba fotos muy nítidas, casi en HD, sin necesidad de filtros o flash. En fin, el celular era perfecto.
Los días pasaban de lo más tranquilos, hasta que una noche Albert había llegado muy tarde y con tragos de más; sólo logro sacarse los zapatos, coger el celular de bolsillo y tirarse en la cama sin darse cuenta que el celular cayó a su lado, a la altura de su rostro. Al otro día se despertó, desayuno, hizo sus cosas y cuando se disponía revisar las fotos del día anterior se dio con la sorpresa que había una foto de él tomada desde un ángulo muy bajo y bastante cerca de su cara, como si se hubiese tomado un selfie de cerca pero ese no era el caso pues él se había quedado dormido ni bien había tocado su cama. No lo costó mucho a Albert trazar la teoría que el celular de algún modo había activado su cámara y tomado la foto sin querer, así que no le dio importancia y borro la foto pues tampoco se veía bien durmiendo la borrachera.
Esa noche Albert estaba revisando sus redes sociales en el Smartphone cuando de un momento a otro se quedó dormido con el celular en el pecho. Al otro día se levantó de la cama, se alistó para el instituto y se fue a clases, el día estuvo muy atareado, no fue hasta la tarde que el revisó su celular y volvió a encontrar la foto de él durmiendo, pero esta vez era diferente, estaba con la ropa con la que había dormido y ahora la foto parecía haber sido tomada un par de cm. más lejos que la última. Albert había salido tan apurado de su casa que no recordaba si se había despertado con el celular en el pecho o al costado, entro en trance tratando de explicar esta nueva foto pero al final lo terminó atribuyendo a la casualidad de nuevo. Como la última foto, está también la borró solo para darse con la sorpresa que la primera foto aún estaba en el celular. Sin pensarlo 2 veces borró las 2 fotos y siguió con su día, pero no podía sacarse de la cabeza las fotos.
Ya por la noche decidió que para evitar problemas era mejor dejar el celular en la mesa de noche, así evitar que tome una foto “accidentalmente”. La noche paso, el día llego y Albert se dispuso a alistarse para el instituto. Mientras llevaba a cabo su rutina de aseo vio el celular en la mesa de noche reflejado por el espejo lo que le hizo recordar que no lo había revisado. Casi tropezándose en su desordenado cuarto alcanzó el celular y reviso las fotos, grande fue la sorpresa al ver que nuevamente había una foto de él, pero está vez todavía más lejos como si alguien la hubiera tomado desde el borde la cama. Ya con miedo Albert borró la foto y las otras 2 que como era de esperarse habían aparecido mágicamente en el Smartphone nuevamente.
Albert era un chico muy popular en el instituto y no quería manchar su “reputación” hablándoles de ese problema a sus amigos, ni a nadie. Otra vez llegó la noche y Albert decidió apagar el celular y botarlo debajo de su cama, así sería imposible que le tomara una foto accidentalmente. Esa noche a Albert le costó más conciliar el sueño pero finalmente logro dormirse. Al despertarse lo primero que hizo fue revisar bajo la cama y revisar el celular que para alivio de Albert seguía apagado. Poco lo duro el alivio pues al encenderlo apareció una cuarta foto de él pero esta vez de más lejos aún, en la foto se podía apreciar a él durmiendo y casi la totalidad de su cama.
Las cosas se habían puesto ya muy paranormales como para seguirlas ignorando, Albert pensó que la solución más eficiente seria deshacerse del celular y seguir con su vida. De camino al instituto Albert pasaba siempre por una suerte de lago donde el celular fue a parar.
Llegó la noche, pasó y el día se abrió paso. Ni bien Albert abrió los ojos tubo que contener un gripo pues el susto fue tremendo al ver que el celular estaba en su mesa de noche, intacto. Con escalofríos recorriéndole el cuerpo y un sudor frio por su frente decidió revisar el celular sólo para encontrarse con otra foto de él durmiendo pero ahora se podía ver casi todo su cuarto.
Ya con la desesperación encima y el miedo casi inaguantable, Albert cometió el error de subir sus fotos a una red social y algunos blog paranormales explicando lo que le había pasado. Y digo que cometió el error porque esa misma y habiéndose deshecho del Smartphone otra vez, trató de resistir el sueño pero sólo bastaron 2 minutos de sueño para que el abrir los ojos encontrara el Smartphone en sus manos, encendido y con una foto. Esta vez era una foto tomada desde su puerta donde se podía ver todo el cuarto, a Albert durmiendo y lo que parecía ser la mitad de un rostro, desfigurado sin boca y con un ojo de color negro penetrante. Lo peor fue cuando comenzó a ver las otras 5 fotos y vio que en cada uno aparecía ese rostro.
Al otro día encontraron el cuerpo de Albert en su cama con las muñecas y cuello cortados, como si se hubiera suicidado. Pero los que conocían a Albert sabían que él nunca haría eso.
Poco tiempo después uno de los amigos del difunto Albert encontró un comentario en uno de los tantos post que había hecho Albert para dar a conocer el fenómeno paranormal que estaba viendo. Este comentario decía: “Yo sólo estaba jugando contigo, no debiste ponerme al descubierto.” Poco tiempo después las fotos de Albert desaparecieron de todas partes y el celular nuca fue encontrado.
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creepypastas cortas
De Todoaqui escribire unas pequeñas creepypastas, algunas largas y otras no tanto