Somebody that i used to know

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Tobio siguió intentando localizar al más bajito pero era como si la tierra se lo hubiera tragado

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Tobio siguió intentando localizar al más bajito pero era como si la tierra se lo hubiera tragado. Incluso sus redes sociales estaban inactivas, cosa rara pues él siempre compartía todo en ellas. Lo máximo que logró averiguar fue gracias a Tadashi (quién escuchó de Kenma) que Shoyo había llegado bien a Brasil, pero eso era todo. Ah, y claro, una foto que había visto por casualidad. En ella se mostraba a Shoyo tan sonriente como el primer día, con la piel bronceada, el cabello más corto, pero no estaba solo, se encontraba nada más y nada menos que con Oikawa Tooru.

Por un momento Tobio entró en pánico. Recordó que Oikawa era un omega, uno mucho más bonito que él, seguramente lograría cautivar a Shoyo, la marca era irrelevante pues los rizos castaños de Oikawa eran mucho más bonitos que el cabello oscuro de Kageyama, el ex capitán de Seijo tenía una marcada cintura, mientras que Tobio era tosco en todo, nada agraciado como se suponía que eran los omegas. Continuó enumerando las cosas en las que -según Tobio- Oikawa era mejor. Eso hasta que entró al perfil del castaño y se dio cuenta que estaba unido con Iwaizumi. Entonces pudo respirar tranquilo.

Habían pasado poco más de cuatro meses desde que Shoyo había partido rumbo a tierras latinas, el ojiazul dormía constantemente con algunas de las playeras que Shoyo había dejado. Poco antes de su celo la ropa de su alfa había comenzado a perder su aroma. Realmente debió verse mal, pues después de una semana Tadashi llegó con una nueva caja llena de sudaderas con el olor de Shoyo.

—¿De dónde las conseguiste?

—Fue Kenma, lo siento Tobio, sigo sin saber nada más—se disculpó.

—Si me preguntas a mi, diría que Hinata es un imbécil—intervino Tsukishima, quién había acompañado al de pecas-independientemente de su viaje, debió ser un alfa responsable, ¿Quién deja solo a su omega en su primer celo después de la marca?

—Tsukki-advirtió el ex capitán.

—No, Tadashi, Hinata está siendo un completo idiota.

—Yo le pedí que me marque-susurró el de ojos azules.

—¿Y qué? Él fue quien tomó la decisión de hacerlo, Kuroo quería marcarme, pero le pedí que esperemos, la marca es una decisión de dos, Kageyama. ¿Ambos tuvieron parte de culpa? Sí. Pero no fuiste tú quien huyó al otro lado del mundo, él lo hizo. No diré nada más, pero creo que es un cobarde.

La conversación había parado ahí, pero los pensamientos de Tobio no. Lo único que pudo detener aquel torrente de arrepentimientos y emociones fue el calor de su celo. Celo que pasaría solo.

Tobio solo podía retorcerse y llorar por su alfa, odiaba ser un omega, odiaba sentir tal necesidad por Shoyo, pero entonces se le cruzó el rostro de aquel alfa con el que sus padres habían querido unirlo, sólo lo había visto una vez pero incluso así se dio cuenta que no quería sentirse de tal forma por alguien que no fuera Shoyo, odiaría más necesitar de alguien a quien no amaba pero Hinata siempre había sido su sol, siempre lo había necesitado de una forma u otra. El rematador siempre había estado para él, Tobio estaba seguro que no sería la excepción. Iría a Brasil en dos meses, le diría que lo amaba, aclararía todo para por fin estar juntos e incluso si Shoyo no lo amaba de vuelta, el setter había pensado en pedirle cortejar, hacer que se enamore de él.

Since we were sixteenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora