El comienzo.

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Nueva ciudad, nuevo comienzo.

Eso creía el joven Aldahir. Un rubio artificial con raíces oscuras.

–¿Que se supone que hagamos ahora?.

Habló el acompañante de este. Oliver era su amigo de la infancia, se pudiera decir que este par de chicos lucían y se sentían hermanosñ uno del otro, no es necesario tener la misma madre para serlo, ¿o si?.

–Lo que se hace al llegar a una nueva ciudad, genio. Aunque primero que nada necesitamos más dinero.

Comentó el mayor de ambos, Oliver era un par de años menor que su compañero de vida Aldahir.

–¿Ya no hay nada?.

–Un par de billetes.

–Fua.. ¿cuando gastamos tanto dinero?.

–No tengo idea..

Ambos se encontraban en la autopista siendo recibidos por su nueva vida. Las luces de los edificios y postes comenzaban a desaparecer, y con ellas la luna. Un nuevo día y un nuevo hogar era todo lo que el par necesitaba. 

Mientras ambos caminaban por la zona, los ruidos del lugar comenzaban a hacerse presentes. El canto de algunas aves de la zona eran sustituidos por el ruido de los autos yendo a una velocidad levemente peligrosa. Ambos agradecían que hubiese un bosque a las afueras de su nueva ciudad, más que nada el hecho de alejarse de todo eso sonaba bastante relajante, pero ahora no había tiempo para hacerlo, debían conseguir dinero lo más rápido que pudieran.

El transporte de ida no había sido muy difícil de encontrar, pidiendo aventones llegaron, ellos y una mochila cada quien con la ropa necesaria, un cepillo de dientes y cosas varias para una higiene personal y básica; jabón, pasta de dientes y algo de papel higiénico.

Aunque la cara de Oliver no era la mejor, su compañero trató de alegrar un poco la situación. 

–Vamos a dormir en la calle.— Aseguró sin siquiera dudar o imaginar algo distinto.

–Pero no lo digas de esa manera, hagamos eso que.. ¿como era?, ese estúpido juego de cuando eramos niños.

–¿Quieres que imagine que soy una persona en el medievo?, ¿Se supone que deba estar agradecido por toda esta mierda?, lo teníamos todo.. —Su cara de inmediato se volvió una de impotencia. El abandonar su vida por eso ahora no parecía una gran idea, y ahora hecho.

–Hey, hey, entiendo que pasamos de tenerlo todo a no tener nada de nuevo, pero no hay de otra, ¿o querías morir?, al menor yo no.

El pelirrojo, de igual manera artificial, se detuvo. Sobre su cabeza estaban las hojas de un enorme roble que daba sombra a ambos, un lugar relativamente lindo.

–Bien.. ¿entonces?. —Volteó la mirada hacia su amigo, que a pesar de ser mayor, había una notable diferencia de alturas, estando más alto el menor.

El rubio inhaló profundo y sonrió de manera leve.

–Confía en mi, ¿cuando te he decepcionado?.

–Lo que digas, enano.

Este se ganó la mirada de reproche y leve desaprobación de Aldahir, si había algo que le tocaba el orgullo era el asunto de su altura comparada a la de Oliver, se supone que es mayor, así que por ende debía ser más alto, pero el destino no lo quiso así.

–¡Solo bromeo!. —Dijo entre risas al ver aquel rostro molesto y divertido de su amigo.

–Métete tu broma por el culo. —Contestó de inmediato pareciendo un niño molesto, molesto y grosero.

CoPs FrienDsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora