Omegacember - Drarry

Día 9 - Mordida

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La propuesta fue maravillosa en opinión de Harry.

Habían viajado para unas vacaciones en México.

Draco le había dicho que se lo merecían por los resultados de sus exámenes finales.

Ambos habían pasado con honores claramente.

A una semana de estar en tierras Méxicanas, Draco se ponía nervioso mientras más pasaba el tiempo.

Iban para un restaurante a cenar, se los había recomendado el hotel, que era uno de los restaurantes más lujosos al parecer.

Pero Harry estaba más ansioso por comer de la comida callejera, había leído tanto sobre la gastronomía que se le antojaron unos míticos tacos al pastor o una buena torta de jamón.

No hace falta decir que se la pasaron visitando puestos de comida esa semana.

Draco estaba asombrado por la energía del omega a pesar de saber como era.

A parte que comía y probaba todo lo que le parecía curioso o agradable a la vista.

Y cuándo se embarro toda la cara con una salsa que le habían puesto para acompañar el taco que se comía.

Soltó sin más lo que le carcomía la cabeza.

-Cásate conmigo.

Harry paro en seco de llevarse un taco a la boca y sus ojitos pispiretos¹ se nublaron, enfocó su mirada en Draco.

-¿Escuché bien?- llevó una servilleta a la cara para limpiarse la boca.

Todo ésto ante la atenta mirada del taquero que se divirtió al ver a él alfa y él omega tan enamorados.

-Sí, te lo quería proponer de otra manera pero sí.- Eso causó que las mejillas del alfa se oscurecieran.

Él omega se acerco a su alfa y lo beso, sin importarle que el taquero ya estaba chismeando con los otros clientes.

Ambos rieron, era una propuesta única a su parecer y Harry en el futuro presumiría que nadie de sus amigos les habían propuesto una boda en un puesto de tacos, que era único y especial.

Sólo como ellos sabían hacer.

{...}

Después de sus vacaciones, se organizó una boda "sencilla" para los estándares de Lily y Narcissa.

Ambos habían hecho sus propias ideas de decoración con la ayuda de Leyla la novia de Daphne.

Se casarían en el patio de su cabaña, se acomodaron mesas con manteles blancos en la parte de atrás y adelante un bonito arco de flores moradas y azules.

Ambos llevarían traje muggle blanco, de puros no tenían nada físicamente, aún así su amor seguía siendo puro como desde el momento en que se conocieron.

Para ambos la ceremonia fue un borrón de felicidad, felicitaciones, alcohol y comida deliciosa preparada por Lily, Remus y Molly, como solo era la familia que estaba invitada y unos cuantos maestros y amigos cercanos.

Quién oficializaba la boda era la misma ministra de magia Amelia Bones.

Su cabaña estaba protegida con fuertes encantamientos irrasteables, no el fidelius pero por lo menos, ningún invitado indeseado se colaría.