Capítulo: Prólogo

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Capítulo: Prólogo

Prólogo: infierno celestial, cielo infernal.

Descargo de responsabilidad: no soy dueño de Bleach.

"Habla normal"

Habla / pensamientos internos'

'Hueco interior / discurso de Zanpakuto'

EDITADO EL 09-JULIO-2018: Corrección de gramática, mejor legibilidad y revisión de algunas frases incómodas.

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Sangre.

Dondequiera que miraba, no veía nada más que rojo y la impotencia lo vencía. No pudo hacerlo. No pudo salvarlos. Le temblaron las manos y escuchó algo goteando en el suelo frío debajo de él.

Era sangre.

Su sangre. La sangre de su hermana menor que amaba cocinar para él y siempre lo llamaba 'Ichi-nii'. La sangre de su otra hermana menor que siempre actuó como una marimacho a la que le encantaba jugar al fútbol con sus amigos. La sangre de su padre que siempre lo despertaba con sus locas travesuras.

Se miró las manos cubiertas de esa espantosa sustancia roja y sintió lágrimas en los ojos. Era lo mismo que hace 6 años cuando su madre había muerto y la sangre le cubría las manos.

No pudo hacer nada.

Sin siquiera darse cuenta de su propio cuerpo, tendido al otro lado de la carretera, destrozado más allá del reconocimiento, se arqueó hacia atrás y gritó desesperado. Su voz hizo eco en la noche oscura que lo rodeaba.

El grito.

Él gritó.

Gritó.

Dejó que sus emociones se volvieran locas hasta que su interior se secó y sus cuerdas vocales fallaron.

Sin saber qué hacer, se sintió débil como nunca antes.

Una voz débil, que sólo unos minutos antes le había explicado cómo funcionaba el mundo que siempre pudo haber visto, lo llamó.

"Chico..."

Con las manos en el cabello, se dio la vuelta para ver a la pequeña figura vestida de negro tendida cerca del seto, gateando, tratando de levantarse, pero no lo logró.

"Shinigami ... ¿estás vivo?" Su voz ronca estaba desprovista de emociones, pero su sorpresa fue clara.

La hembra de cabello negro se sentó y asintió con un movimiento mínimo.

"Sí ... nosotros, Shinigami, somos más duraderos que los humanos ... las lesiones de este nivel no pueden matarme ..." A pesar de su afirmación, era obvio que estaba teniendo problemas para respirar. Su mano, apretando su hombro, estaba cubriendo un enorme agujero, cortesía de un monstruo muerto que yacía cerca.

"Chico ... no soy una buena persona ... así que no intentaré consolarte ... pero necesito saber si entiendes la situación." Preguntó el shinigami, sacudiéndose cuando trató de respirar profundamente.

La persona frente a ella miró a su alrededor con ojos en blanco y tragó saliva.

"... están muertos ... esa cosa ... se los comió". Murmuró, pero luego sintió que el contenido de su estómago entraba en su boca y el sonido del vómito salpicando el asfalto llenó el aire.

Vacilando, lo miró a la cara y se dio cuenta de que estaba en un estado lamentable.

¿Quién podría culparlo?

Un pedacito de cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora