PRÓLOGO

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Los túmulos funerarios eran silenciosos.

El atardecer se vio sobre la montaña.

Wei wuxian alzó al pequeño niño de sus brazos a su cabeza, el pequeño a yuan miró con ojos brillantes lo etéreo que era el atardecer, nunca había visto algo tan hermoso y una sonrisa brillante aún más hermosa que aquel atardecer se estiró por su pequeña carita.

-A yuan, te gusta? A que es hermoso?

-si! Xian gege tiene razón, es hermoso.

Los dos rieron alegres, a su lado una persona vestida de túnicas blancas y una cinta en su frente miraba la escena con una sonrisa casi imperceptible en su rostro.

-Lan zhan~ parece que sabes sonreír, te vez bien, no es así a yuan!?

-Si! El hermano rico debería sonreír más.

Wei ying hizo un puchero ante el apodo, de repente fue interrumpido por una voz.

-Wei wuxian!

Se giro encontrándose con la cara enojada con la que tanto estaba familiarizado.

-Jiang cheng.

-Quiero hablar contigo, en privado.

Lan wanji a su lado frunció el señor apuntó de intervenir pero fue detenido por Wei wuxian con una sonrisa tensa en su rostro.

-Lan zhan por favor juega un poco con a yuan, volveré tan rápido que ni te darás cuenta que me fui.

Bromeó bajando a a-yuan quien se dirigió donde lan wanji el cual aún con desconfianza asintio dándole una última mirada amenazadora al de morado antes de retirarse a jugar con el niño.

-Que sucede?

Jiang cheng tardó un poco antes de soltar un pesado suspiro y soltar directamente.

-Quiero proteger a los wen en la secta.
....














Y si...

"¿Y Si... Todo hubiera sido diferente?" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora