Ojos de gato.

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Fuyu-kun tiene el cabello teñido de amarillo. El amarillo es un color bonito que me gusta mucho. Pero lo que más me gusta es el color amarillo del cabello de Fuyu-kun.

Cuando mi dueño duerme, su cabello amarillo le tapa los ojos, y yo con una de mis garritas intento quitárselo para poder verlo dormir. Me gusta cuidarlo cuando su habitación queda en penumbras. Sentado en la ventana, me gusta verlo dormir. Cuando despierta, yo estoy ahí, él me mira y me sonríe.

—Buenos días, Peke J ¿has dormido bien?

Siempre le respondo que si, pero obviamente él no me entiende. Después se prepara para ir a la escuela y vamos a desayunar.

Mientras Fuyu-kun toma el desayuno junto a su mamá, a mi me gusta sentarme en sus piernas y dormir, es tan cálido. Cuando termina, se despide de nosotros y se marcha, no sin antes darme de desayunar.

Mientras mi dueño no está, me gusta jugar en su habitación con los calcetines que siempre encuentro debajo de su cama. Calcetines amarillos. Cuando me cansó, saltó por la ventana y voy a visitar al vecino de arriba, su ventana siempre está abierta para que los gatos del vecindario entren; sin embargo él tampoco está, curiosamente está en casa cuando Fuyu-kun también esta en nuestra casa. Él es muy amable, siempre me da comida y me cepilla el pelaje, pero no cambiaria a mi Fuyu-kun por nadie, aunque a veces desaparezca por horas para estar con Baji-kun.

Baji-kun me gusta porque es amable y me quiere, pero Fuyu-kun es mi dueño y me consiente. Me gusta estar con Baji-kun, pero siempre regreso con Fuyu-kun.

Si Baji-kun no está en casa, salto por la ventana y camino por el edificio hasta llegar al tejado, ahí me siento en la sombra y veo hacia los demás edificios; algunas veces me imagino como abría sido mi vida si Fuyu-kun no me hubiera rescatado, quizás abría muerto desde hace mucho. Cuando me abandonaron, sentí miedo, nunca había estado en la calle y no sabia como defenderme, por eso fui herido por otro gato. Decidí esconderme en la caja donde me habían abandonado, esa fue mi casa por varios días, hasta que Fuyu-kun me encontró. Cuando me sacó de ahí y me sonrió, me sentí como el gato más afortunado de todos. La sonrisa de Fuyu-kun era cálida y dulce, me gustó. También su pelo amarillo.

Después me llevó a su casa, me abrazaba para que no me mojara con la lluvia y no le importó si el que se terminaba mojando era él. Yo ronronee en sus brazos. Cuando entramos, su madre lo regañó por haber peleado otra vez, entonces me di cuenta que Fuyu-kun tenia heridas en su rostro; cuando lo miré a la cara, vi sus ojos, eran hermosos, muy parecidos a los de su madre.

Fuyu-kun decidió quedarse conmigo y me cuidó, pero cuando tuvo que entrar a la escuela fue su madre quien cuidó de mi.

—Neko-chan—Me decía siempre pues decía que mi nombre era complicado. No lo era tanto, pero no me gustaba, aunque nunca intenté decirle a Fuyu-kun.

A la madre de Fuyu-kun le gustaba poner música mientras hacia la limpieza, y yo corría de un lugar a otro cuando ella barría, intentaba tomar la escoba, y ella me sonreía. Cuando Fuyu-kun estaba presente, ella se hacia la ruda conmigo, pero cuando Fuyu-kun no estaba, ella solía contarme sus problemas. Es una mujer muy buena que también me quiere y cuida, y ama mucho a Fuyu-kun. Me alegra que ellos sean mi familia.

Fuyu-kun es parte de una pandilla de motociclistas, no sé que sea eso, pero estar en ese lugar parece hacerlo muy feliz, lo sé porque siempre me lo cuenta todo, dice que son buenas personas, que les gusta pelear y que siempre se apoyan. Dice que el líder, Mikey, desea gobernar Japón en el futuro y que ellos estarán ahí para apoyarlo. Yo no sé que sea eso, gobernar el país suena complicado, mi único sueño es perseguir mariposas y que Fuyu-kun esté conmigo mucho tiempo... pero soy un gato, no podre estar con Fuyu-kun todo el tiempo que quiero, eventualmente en algún momento tendré que abandonarlo, pero cuando eso pase, estoy seguro que tendrá a su pandilla de motociclistas a su lado.

Hay una canción que le gusta mucho a la madre de Fuyu-kun, se llama "amarillo", no sé que diga pues está en un idioma que no conozco, pero la madre de Fuyu-kun ha llorado con esa canción, incluso la ha cantado pero ha lastimado mis oídos. Quisiera saber que dice, pero no puedo hacerlo. A veces es triste ser un gato.

Cuando no tengo nada que hacer y mi dueño está demasiado cansado como para jugar conmigo, me gusta dar paseos por el vecindario, algunas veces encuentro mariposas amarillas que me gusta perseguir. También me gustan los dientes de león color amarillo, me gusta darles zarpazos con mis garras y que salgan volando. Después de mis paseos, regreso a casa.

Al volver, me encuentro a Fuyu-kun acostado en su cama leyendo mangas, a él le encantan los mangas. Me acurruco a su lado y cierro los ojos, entonces siento su mano acariciar mi espalda y comienzo a ronronear. Me gusta estar con Fuyu-kun.

Soy un gato muy afortunado.

AmarilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora