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KATHERINE OBSERVÓ como el coche pasaba el letrero de «Bienvenidos a Mystic Falls»

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KATHERINE OBSERVÓ como el coche pasaba el letrero de «Bienvenidos a Mystic Falls». Hermoso nombre para una ciudad fundada en sangre.

Pietro mantuvo su vista en la carretera, Yana había quedado cuidando a Faye y Katherine le había dejado un mensaje de voz a Elijah avisándole que tenía asuntos pendientes en Mystic Falls. No atendió las llamadas que siguieron después, que sorpresivamente se detuvieron en media hora. Ambos sabían que estaban en malos términos por la loba que siempre se metía entre medio, quizá, en el pequeño viaje que estaba haciendo se le aclararía la mente.

—¿Está segura?—preguntó el búlgaro, sacándola de sus pensamientos. Ella le había convertido en vampiro hace tan solo unos meses, Katherine tenía un ejército a su merced cuidando de ella y de su hija; porque no se fiaba en nadie.

—Si Marcel dice la verdad; tengo que comprobarlo yo misma. ¿Bajo qué nombre está al mando de la alcaldía?

—Elizabeth Pierce.

—La perra incluso ha anglicado su nombre... ¿Cuánto nos falta?

—Quince minutos, señorita.

{ . . . }

Las dos puertas de la oficina de Elizabeth se abrieron par en par, la supuesta fallecida estaba en su escritorio firmando papeles, demasiado tranquila para Katherine. Quizá no sospechaba que ella sabía, y quería hacerse pasar por alguien normal. Una humana o bruja. 

—Por favor, siéntese. Voy a atenderla en breve.

Dijo Elizabeth sin levantar su vista de los archivos. Katherine miró hacia atrás, por sobre sus hombros; dos varones, guardias, mucho más grandes que ella estaban a cada lado. Como si estuvieran protegiendo a su jefa, Elizabeth. 

—¿Es necesario el dramatismo? ¿Qué piensa que va hacer esta humilde mujer? ¿Asesinar a la alcaldesa?—bromeó, sin moverse de su lado.—Vamos, hágalos salir.

Por primera vez, Elizabeth alzó su mirada. Colocando sus ojos cafés sobre los de la fémina. Katherine tuvo que mantener su compostura, estaba nerviosa. ¿Qué le había pasado a su madre? ¿Quinientos años y se había olvidado cuando ambas dormían juntas, le cantaba canciones y le trenzaba el pelo? ¿Cuándo le ayudó con el embarazo, calmaba los llantos incontrolables por las noches? ¿Se había olvidado de todo eso?

La alcaldesa le dedicó un breve asentimiento a los guardias, quienes salieron en breve cerrando la puerta tras ella.

—Dígame, señorita Katherine. ¿A qué le debo su visita?

La Pierce menor formó una sonrisa en sus labios, no le dio tiempo para pensar su siguiente movimiento. Solo lo hizo porque así lo sentía. Utilizando su velocidad vampírica, tomó a la mayor de los hombros y la estampó contra la pared; la parte blanquecina de sus ojos se tornaron color rubí al mostrar sus colmillos. El rostro de Elizabeth demostraba nada más que terror. Actuación que duró tan solo unos segundos tras reírse en su cara. Katherine cambió la mano que tenía en su hombro directamente a su tráquea cual apretó lo suficientemente fuerte lográndole sacar un gemido de dolor a la mayor.

—No eres lo suficiente fuerte, Katerina. Ambas sabemos que no lograrías matarme.—habló con el poco oxígeno que tenía en su cuerpo. Katherine apretó más el agarre.—¿Quinientos años y lo primero que vas a hacer es matarme?

—Lo mereces.

Le tomó desprevenida. Elizabeth era mucho más fuerte que ella en estos momentos, torció la mano de Katherine provocando que esta gritara de dolor. Cuando ella dio pasos hacia atrás, utilizó la distracción a su favor; dando su cabeza contra el escritorio.

—No es como me imaginaba nuestra reunión familiar, mi niña.

Susurró al tirar de su cabello hacia atrás, la cabeza de Katherine daba vueltas. Y cuando estaba recuperando las fuerzas, nuevamente la mayor fue más rápida y le rompió el cuello, provocando que Katherine cayera muerta al suelo.

{ . . . }

ELIJAH

Hace poco había tenido una breve reunión con la Strix y sorpresivamente; Marcellus. Tristan le explicó la supuesta profecía y la guerra de los línajes de Rebekah, Niklaus y él. Ahora estaba observando su teléfono, decidido a llamar a Katerina cuando observó a su hermano menor entrar a la habitación. No podía ser nada bueno. Esa mirada la conocía bien, estaba planeando asesinar a alguien.

—Necesitamos hablar.

—Ya es tarde. Lucien tiene que morir, lo dijiste tú mismo.

—Tengo información nueva.

Klaus hizo como si no escuchara. Tomó su chaqueta y caminó hacia la salida. Elijah guardó el teléfono en su bolsillo de su traje y caminó hacia a él.

—Hermano, si deseas si deseas reconciliarte conmigo, detente.—Eso hizo que Niklaus se detuviera en seco y frunciendo el ceño, se volteara hacia el Original. Buena jugada. Claro que estaba interesado.

Iba a comenzar a hablar sobre su encuentro con Tristan y la Strix cuando uno de los guardias de su propia mansión entró; Klaus rodó los ojos y al alzar su mano hizo una seña.

—Habla.—dijo el menor de los Mikaelson, claramente fastidiado por la interrupción.

—Señor Mikaelson,  la señorita Katherine y su hija Faye, están desaparecidas. Hace horas que es imposible de localizar a la señorita Katherine ni a su guardaespaldas, y en cuanto a su hija, la supuesta niñera la llevó al parque y se le ha perdido rastro.

Elijah tuvo que volver a repetir lo dicho por el varón que tenía en frente. Sus orbes se voltearon hacia a él, tratando de asimilar la situación. ¿Cómo había sido tan descuidado? Estaba tan sumergido en los problemas de su familia que se había olvidado de las más frágiles que necesitaban de su protección. Tuvo que volver su mirada hacia Niklaus, quién yacía de la misma manera. No tenían duda que era obra de la Strix, quizás, para manipularlos.

Mientras caminaba hacia el auto, uno de los guardias abrió la puerta. Esperó la respuesta del otro lado de la línea, cada pitido de espera lo colocaba de nervios.

A la primera, le cortó.

Elijah insistió. Tres veces.

— ¿Qué? — El menor de los Salvatore atendió en el último intento.

— Mi querido Stefan, que agradable escuchar tu voz.— ironizó con una sonrisa. — Necesito un favor.

Pudo escuchar a los dos hermanos suspirar. Está vez fue Damon quién tomó el teléfono.

— Creo que ustedes tienen demencia, ¿debo recordar el trato de no volver NUNCA más a Mystic Falls? No, la respuesta es no.

El bufido de Damon fue más que claro.— Seré breve y conciso, caballeros. La hermana de mi madre revivió a Katerina para embarazarla y tener otra primogénita a parte de mi sobrina Hope. Freya hizo un hechizo localizador y encontró a mi hija y su madre. Necesito que investiguen y las cuiden mientras me dirijo hacia allá.

— ¿Y si no tomamos el trato?

— Si algo le pasa a Katerina o a mi hija.. Mataré a Elena. Tienen veinte minutos, espero noticias. 


The Original Heretic ━ The Originals EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora