Repugnante, pérdidas y caza.

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- Hoy ha sido un día muy duro... -

Dijo para sí misma, mientras se tumbaba sobre la húmeda pero mullida hierba, a varios metros del fuego, por precaución, teniendo un dragón como escudo.

- Primero me ataca un lagarto gigante en el bosque, luego me congelo en el río, después se ríen de mí por parecer una loca, poco tiempo después casi me mata, y casi seguidamente mis padres me echan la bronca... Y ahora... Un... -

No pudo seguir. Un nudo en la garganta le impedía continuar, aquella traumática escena era demasiado incluso para ella. Era fuerte, pero no hasta ese punto. Siquiera pudo despedirse. Había pasado todo tan rápido... ¿Lo peir? Aún no llevaba ni la mitad de la historia. El camino era largo y aquella pausa era demasiada relajación. Pronto llegó a oir unos gruñidos, estaba tan concentrada con aquel acontecimiento que apenas notó el ruido de su batir de alas. Parecía estar yendo hacia el lugar en el que se encontraba. ¿La buscaba a ella o a lo que fue su compañero? ¿Su olor estaría en la piel? El ruido de una flechs se escuchó deguidi de un gemido de molestia del dragón con un resoplo del mismo.

¿Una segunda persona? ¿Armado? Cogió una rama y rápidamente ató un diente, para después, con lágrimas aún en los ojos, adoptar una buena postura de defensa. Buscando al dragón con la mirada.

Segunda flecha. Llegó a ver una luz roja, llamas  el fhego de la casa se esgaba muriendo, pero el del nuevo amigo podría avivarlo. Debía detenerlo cuanto antes y después averiguar quién era el otro. Se acercó a lo que pensaba que era el generador del fuego. El dragón, era parecido al anterior. Ojos rasgados y de felino, escamas y piel gruesa y rojiza, aunque con un toque naranja. Muy ancho y enormes garras  larga cola pero esta lisa, sin relieve, a digerencia de la del anterior monstruo.

Pronto, otra flecha salió disparada, casi rozando la armadura de Dratoria perl clavándose en el ojo derecho del gigante. Parecía estar maldiciendo mientras la punta de la flecha se retorcía a la vez que el animal, viendo cómo, cuando el ojo se movía, la flecha hacía la herida peor. Su párpado era muy fuerte, pero no sacó la flecha, sino que la rompió hsciendo el dolor aún más insoportable. Salía samgre y era obvio que se quedaría en parte ciego. Su otro ojo estaba muy abierto, estaba sufriendo, su ojo, un órgano complejo y delicado tenía un mineral afilado, en forma de punta, con algunas espinas que hacían la herida peor. ¿Será que tendrían su propio idioma? Su rostro asqueroso al parecer de Dratoria dado que se trataba de una especia gigante de un reptil. Se retorcía y la sangre brotaba de la herida terriblemente visible. Trataba de quitarse aquello del ojo, pero sus brazos no se lo permitían.

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⏰ Última actualización: Nov 06, 2021 ⏰

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