XV

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Era realmente una pena, Hürrem entro a los aposentos privados del sultán como lo había hecho siempre, pero los nervios no estaban, las cosquillas en el estómago, la ansiedad por estar a su lado y el fuerte latir del corazón había desaparecido, solo quedaba incomodidad de tener que estar ahí y el deseo de que todo terminara rápidamente.

Se acerco a Süleyman, no hizo reverencia ni espero a que el volteara a verla, forzó el inicio acercándose a él y poniendo su mano en el hombro de él para que volteara y la mirara, lo beso, aparentemente era muy buena mintiendo pues el parecía creer que todo seguía bien, ella aparto con sus manos el caftán que el llevaba tratando de que todo pasara rápidamente y sin tener que pasar más tiempo del necesario.

El caftán cayo al suelo sin embargo cuando sus manos desabotonaban la camisa, las manos de Süleyman la detuvieron, lo miro con una sonrisa esperando para ver lo que quería. "Hürrem todo está bien, porque no dices nada" comento, ella cayo en cuenta que él tenía razón, antes le decía palabras de amor fingidas y esta vez lo había olvidado.

"Süleyman, había esperado tanto tiempo para verlo que no pude resistirme" comento con una sonrisa y una mirada tierna.

El sonrío y la beso de nuevo, sus palabras habían sido convincentes al parecer, él beso su cuello, pero ella comenzó a sentir dolor en el pecho, y se aceleró su corazón, pero no por que quisiera estar ahí si no por que cada vez se volvía más difícil fingir que deseaba estar ahí y mentirle, estaba muy agradecida por la vida que le dio, por sus hijos y por qué gracias a él conoció a quien ahora estaba en su corazón, su corazón nunca fue malicioso del todo, una parte de ella siempre quiso ser sincera y amable con los demás, pero en aquel palacio esas cualidades solamente la hubiesen llevado a la muerte.

Como decirle a una persona como esa que ya no vive en tu corazón, que ahora tu alma y tu amor le pertenecen a otra persona, el simple hecho de mencionarlo podría condenarla a ella, por mucho que ella callara quien era la otra persona no podía dejar que sufriera de esa manera, acaso en algún momento podrían vivir la vida que deseaban.

Pensando en todo eso lo que pasaba a su alrededor se mantenía ajeno, después de que él se quedo dormido ella se levantó, se puso su camisón y salió a la terraza, como podría seguir con todo eso, por un lado, agradeciendo y sintiéndose culpable por mentirle a él y por el otro sintiéndose culpable por engañar a la mujer que quería.

Ni siquiera noto que no estaba sola en la terraza, hasta que escucho su voz, "Sultana, es una hermosa noche no es así" comento la persona que se acercaba a ella.

Hürrem sonrió un poco y sintió algo extraño, cerro la bata que cubría su camisón, y se sintió incomoda debido a que la fina ceda de su ropa podía delinear su figura demasiado bien y se sentía incomoda ante alguien que no era su esposo o su amada "Ibrahim Pasha, tiene razón esta es una noche maravillosa" respondió con seguridad.

Ibrahim se acercó un poco mas a ella, pero ella se alejo de él, "Sultana que sucede, me tiene miedo" comento burlándose.

Ella lo miro "No tengo miedo Pasha, pero si alguien nos viese demasiado cerca podría malinterpretar la situación, mas aun cuando usted tiene un palacio con su esposa y esta a estas horas aquí" comento mirándolo con su sonrisa de siempre.

Ibrahim se rio de aquello "Tiene razón sultana, precisamente venia porque mi esposa tenía curiosidad de saber como esta Firuze Hatun, no quisiéramos que muriese repentinamente"

Hürrem rio ante sus palabras "Pasha esa mujer ha estado muerta desde que llego a este palacio" comento con la voz tranquila y segura. Camino de vuelta, pero al pasar a lado del Pasha sintió como el la jalo del brazo y la hizo parar, lo miro con enojo, su bata se abrió ligeramente sin que ella pudiese notarlo.

Odio cuanto llegue a amarte (Mahidevran X Hürrem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora